Crisis Energética: Canadá amenaza con cortar electricidad a EEUU

El anuncio de aranceles del 25% por parte del gobierno canadiense sobre miles de millones de dólares en bienes estadounidenses, incluyendo la electricidad, es una respuesta directa a las políticas proteccionistas implementadas por la administración estadounidense. Esta decisión ha generado preocupación, especialmente en estados como Michigan, Nueva York y Minnesota, altamente dependientes de la importación de energía eléctrica canadiense.
Doug Ford, primer ministro de Ontario, no se quedó callado. A través de una publicación en X (antes Twitter), anunció su intención de aplicar un recargo similar a la electricidad exportada a dichos estados si los aranceles estadounidenses persisten. Su declaración fue contundente: "Si es necesario, no dudaremos en aumentar la carga o cortar la electricidad por completo."
Esta amenaza, aunque drástica, plantea interrogantes sobre la factibilidad de tal medida y sus consecuencias. La integración de las redes eléctricas entre ambos países es significativa, y una interrupción podría tener impactos devastadores.
En el caso de Nueva York, el Operador Independiente del Sistema de Nueva York (NYISO) ha emitido un comunicado en el pasado expresando su preocupación. El NYISO destaca la importancia del flujo "confiable (e) ininterrumpido" de electricidad canadiense para garantizar la seguridad y el bienestar de los neoyorquinos. Además, advierte sobre los "graves efectos adversos sobre la confiabilidad y los mercados eléctricos mayoristas" que podrían derivarse de la aplicación de tarifas de exportación a la electricidad.
La situación es compleja. Mientras el gobierno canadiense implementa medidas de represalia, quedan pendientes las respuestas oficiales de los estados afectados y la evolución de las negociaciones entre ambos países. La dependencia energética mutua crea una situación de alto riesgo donde cualquier decisión unilateral puede tener consecuencias de amplio alcance.
Las medidas arancelarias canadienses, que inicialmente abarcan 30,000 millones de dólares en bienes, podrían aumentar hasta 155,000 millones de dólares si los aranceles estadounidenses no se retiran. Este incremento potencial agrava la tensión y la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales y energéticas entre ambos países. El impacto final de estas acciones aún es incierto, dejando a la expectativa a diversas industrias y a la población de ambos lados de la frontera.