Musk: Peón clave en la batalla política estadounidense

Un grupo externo demócrata, House Majority Forward, lanzó recientemente anuncios en casi dos docenas de contiendas para la Cámara de Representantes. Estos anuncios vinculan a los republicanos vulnerables con Elon Musk, pintándolos como cómplices de recortes en la atención médica para niños y adultos mayores, alegando que estos favorecen a multimillonarios como él. Las imágenes de Musk, empuñando una motosierra en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), se han convertido en un símbolo de esta narrativa.
La estrategia va más allá. El Caucus Demócrata de la Cámara de Virginia también utiliza a Musk en su campaña digital para ampliar su estrecha mayoría en la Cámara de Delegados del estado. Similarmente, en Wisconsin, Musk es un personaje clave en los anuncios que apoyan a la candidata liberal en una contienda por un escaño judicial que podría inclinar la balanza ideológica de la Corte Suprema estatal.
Pero, ¿es esta estrategia efectiva? Las encuestas recientes sugieren que Musk es un mensajero impopular, especialmente entre los votantes demócratas. Una encuesta de Marist/NPR/PBS reveló que el 50% de los encuestados tenía una opinión desfavorable de Musk, mientras que solo el 39% lo veía favorablemente. La brecha partidista es notable: el 96% de los demócratas opinan que Musk tiene demasiado poder, en contraste con solo el 16% de los republicanos.
La percepción de Musk no es uniforme. Algunos lo ven como "la cara de alguien que despidió a su tío o trasladó la fábrica de su primo al extranjero", según Jesse Ferguson, estratega demócrata. Esta imagen, sumada a su cercana relación con la administración Trump, lo convierte en un blanco atractivo para los ataques publicitarios demócratas.
La respuesta de la Casa Blanca no se hizo esperar. Un portavoz del gobierno calificó a los anuncios anti-Musk como evidencia de que el partido demócrata está "desconectado de la gente estadounidense y fundamentalmente poco serio". A pesar de esta postura, el presidente Trump impuso recientemente límites a la autoridad de Musk, indicando un posible cambio de estrategia ante la creciente presión pública.
En Wisconsin, la contienda por un escaño en la Corte Suprema se ha convertido en un campo de batalla donde el dinero de Musk juega un papel crucial. Su comité de acción política, America PAC, ha gastado millones en apoyo al candidato conservador. Grupos como Building America’s Future también han contribuido con financiamiento a la campaña. La contienda, que promete romper récords de gasto, determinará el control ideológico de la corte, con implicaciones para temas cruciales como el derecho al aborto y los derechos laborales.
Grupos que apoyan a la candidata liberal, Susan Crawford, han respondido con sus propios anuncios, utilizando la influencia de Musk para movilizar a los donantes. La campaña de Crawford incluso reportó un aumento significativo en las donaciones individuales tras el inicio de los ataques publicitarios enfocados en Musk.
En Virginia, los demócratas buscan conectar los recortes impulsados por Musk con los republicanos vulnerables, aprovechando el impacto de estas medidas en el empleo federal. Esta estrategia busca llegar a aquellos votantes que apoyaron a Trump pero que tienen reservas sobre los recortes presupuestales.
En el ámbito nacional, House Majority Forward lanzó anuncios que vinculan a los republicanos con los recortes en la atención médica, utilizando el ejemplo de Musk como símbolo de los beneficios para los ricos a costa de los programas sociales. El Comité Nacional Republicano de la Cámara de Representantes respondió denunciando estas estrategias como "mentiras" y "ataques" a los votantes.
El impacto a largo plazo de estas estrategias publicitarias aún está por verse, pero queda claro que la figura de Elon Musk ha alterado significativamente el tablero político en Estados Unidos, convirtiéndose en una pieza clave en la narrativa de las próximas elecciones.