Cinco años post COVID-19: ¿Lecciones aprendidas y desafíos pendientes?

La Organización Mundial de la Salud declaró la COVID-19 pandemia, un evento que dejó una marca imborrable: más de 770 millones de casos y más de 7 millones de muertes, según cifras oficiales. “Un número que algunos estudios duplican”, apuntan diversos informes. Pero el foco no es la repetición del pasado; es la preparación para el futuro. ¿Hemos aprendido la lección?
La respuesta es compleja. La pandemia impulsó una colaboración público-privada inédita. El desarrollo de vacunas de ARN mensajero, en tiempo récord, demostró el potencial de la ciencia con recursos adecuados. "La agilidad burocrática debería servir como ejemplo," comentan expertos. La coordinación en la compra y distribución de vacunas en Europa, a diferencia del caos vivido con las mascarillas, es otro punto a destacar. Más de 460,000 artículos científicos sobre la COVID-19 en PubMed son una muestra del conocimiento adquirido. Un avance sin precedentes que, además, ha revolucionado la biomedicina, extendiendo sus aplicaciones más allá de las vacunas.
El enfoque "Una Salud", que integra la salud humana, animal y ambiental, ha cobrado fuerza. Más del 75% de los nuevos patógenos provienen de animales, un flujo intensificado por factores ambientales. La experiencia nos enseña: el control de la epidemia de Mpox en 2022 y la vigilancia de la gripe aviar H5N1 son ejemplos de aprendizaje en este sentido.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. La precariedad del sistema sanitario público en muchos países, incluyendo España, es una preocupación latente. La pandemia evidenció la necesidad de más personal, mejoras en la atención primaria, reducción de listas de espera y refuerzo en servicios pediátricos y geriátricos. Aspectos que, lamentablemente, siguen sin resolverse. La falta de la especialidad de Enfermedades Infecciosas en varios países europeos, como España, es otro dato preocupante.
Otro punto crítico: la inversión en ciencia. Aunque se han dado pasos, una apuesta contundente sigue siendo necesaria, especialmente considerando el incremento del gasto militar. “Un simple virus puede ser más peligroso que el dictador más sanguinario,” es una reflexión que algunos expertos plantean. La falta de liderazgo internacional, la polarización política, y la infodemia –con el auge del negacionismo– continúan siendo obstáculos importantes.
La pandemia no afectó a todos por igual, acentuando las desigualdades sociales. La atención a estos grupos vulnerables sigue siendo una prioridad. En resumen, la preparación para futuras pandemias sigue siendo un desafío. La salud es global; los virus no conocen fronteras.