Trump promete eliminar impuestos para quienes ganan menos de $150,000

En medio de este panorama, Howard Lutnick, secretario de Comercio, ha confirmado públicamente la ambiciosa aspiración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: “ningún impuesto para cualquiera que gane menos de 150 mil dólares al año.” Esta declaración, realizada en varias entrevistas a medios nacionales, ha generado un revuelo considerable. Lutnick ha enlazado la implementación de esta medida con el equilibrio presupuestario estatal, un detalle crucial que añade complejidad a la propuesta.
Pero la propuesta va más allá de la simple exención de impuestos. Lutnick insinuó otras posibilidades, abriendo un debate aún más amplio: “¿Qué tal no gravar tampoco las horas extraordinarias? ¿Qué tal que no haya seguridad social? ¿Qué tal todas esas cosas?”. Estas declaraciones, aunque sin concreción, muestran la intención de un cambio profundo en el sistema tributario estadounidense, generando preguntas sobre la viabilidad y el impacto de tales medidas.
El secretario de Comercio defendió además las políticas económicas de Trump, incluyendo la controvertida guerra arancelaria con Canadá y México. Según Lutnick, estas medidas, a pesar de los temores de recesión en los mercados, “merecen la pena” y son “lo más importante que Estados Unidos ha tenido nunca.” Atribuyó posibles recesiones a las políticas de la administración Biden. Esta afirmación, claramente partidista, enfatiza la polarización política en torno a las decisiones económicas del gobierno.
A finales de febrero, la Cámara de Representantes aprobó una resolución presupuestaria clave que respalda la agenda de Trump, incluyendo recortes de gasto público por 1.5 billones de dólares y extensiones de bajadas de impuestos por 4.5 billones de dólares durante la próxima década. Esta resolución, vinculada directamente con las declaraciones de Lutnick, ilustra la complejidad del contexto político y económico en el que se enmarcan las propuestas de exención fiscal.
La situación plantea interrogantes sobre la factibilidad de estas medidas, su impacto en el déficit presupuestario, y sus consecuencias a largo plazo para la economía estadounidense. El debate, sin duda, seguirá abierto mientras se espera una aclaración más detallada de la administración Trump sobre cómo se pretende alcanzar este ambicioso objetivo.