Brutal ataque con cuchillo en baño de hospital de Queens

El martes 11 de marzo, Lizette, una madre hispana que padece diabetes y lupus, acudió al Hospital Elmhurst para recoger sus medicamentos. Lo que sucedió después, la marcó para siempre. Según relató, al entrar en el baño de mujeres, se encontró con una cerradura defectuosa.
En ese momento, una mujer irrumpió en el cubículo. Sin mediar palabra, y con una brutalidad inexplicable, la atacó. La agresora, identificada posteriormente como Shasheena Adams, de 35 años y residente de Long Island City, le exigió silencio, alegando la presencia de una empleada del hospital. El siguiente instante, un cuchillo de cocina apareció, hiriendo a Lizette en el pecho.
La víctima, madre de tres hijos, sufrió una herida que requirió cinco puntos de sutura, a escasos centímetros de perforarle el pulmón. El arma del crimen fue recuperada de un cesto de basura del mismo baño, lo que facilitó la rápida identificación y captura de la agresora. Las autoridades presentaron cargos de agresión e intento de homicidio contra Adams, quien se declaró “no culpable” y permanece bajo custodia.
La hija de Lizette, Evelyn Álvarez, expresó la incredulidad de la familia ante lo sucedido: “No se supone que uno se lesione en el hospital, se supone que uno salga sano y salvo”. La frase resume el desconcierto y la profunda angustia que embarga a la familia ante la vulnerabilidad expuesta en un lugar que debería representar seguridad y sanación.
El incidente plantea interrogantes sobre la seguridad en los hospitales y la necesidad de reforzar las medidas de protección para pacientes y personal. La recuperación física de Lizette se suma a la ardua tarea de superar el trauma psicológico de un ataque tan inesperado y violento, dejando una cicatriz física y emocional que marcará su vida.