Sacerdote asesinado a tiros en iglesia de Kansas

Los detalles comenzaron a emerger con la llegada de las autoridades. La Oficina de Investigaciones de Kansas (KBI) confirmó que encontraron al Padre Arul Carasala, de 57 años, afuera de la iglesia, con múltiples heridas de bala. A pesar del rápido traslado al Hospital Comunitario del Valle de Nemaha, el sacerdote falleció a causa de sus lesiones.
Casi simultáneamente a la atención médica de emergencia, la Patrulla de Carreteras de Kansas, junto con la Oficina del Sheriff del Condado de Nemaha y oficiales del Departamento de Policía de Seneca, lograron detener a un sospechoso: Gary Hermesch, de 66 años, residente de Tulsa, Oklahoma. Hermesch fue arrestado bajo sospecha de asesinato en primer grado y permanece detenido en la cárcel del condado de Nemaha, pendiente de acusación formal.
La noticia impactó profundamente a la Arquidiócesis de Kansas City. El Arzobispo Joseph F. Naumann expresó su “desconsuelo” en un comunicado de Facebook, describiendo al Padre Carasala como "un pastor devoto y celoso que sirvió fielmente a nuestra Arquidiócesis durante más de veinte años". El comunicado de la Parroquia de San Pedro y San Pablo reflejó la conmoción colectiva: “Estamos en shock e incrédulos.”
El Padre Carasala, ordenado en marzo de 1994 en su diócesis natal de Cuddapah, India, dedicó casi 14 años a la parroquia de San Pedro y San Pablo. Además de su labor pastoral, se desempeñó como decano del decanato de Nemaha-Marshall. La arquidiócesis destacó su "profunda fe, su cuidado pastoral y su espíritu generoso", un legado que perdurará en la memoria de quienes lo conocieron.
La investigación continúa, pero el silencio que ahora envuelve a la pequeña iglesia de Seneca es elocuente. El vacío dejado por el Padre Carasala es palpable, un testimonio del impacto de su vida y un triste recordatorio de la fragilidad de la paz, incluso en los lugares más sagrados.