Masivas protestas contra Trump sacuden EEUU

Más de 150 grupos, desde organizaciones de derechos civiles hasta sindicatos y colectivos LGBTQ+, se unieron en las llamadas manifestaciones "¡Manos Fuera!", extendiéndose a más de 1200 localidades en los 50 estados. El epicentro estuvo en Washington D.C., pero también hubo fuertes concentraciones en ciudades como Nueva York, Boston, Seattle y Los Ángeles. Incluso en el sur de California, tradicional bastión republicano, lugares como Huntington Beach y Riverside se sumaron a las protestas.
El descontento se centra en las políticas de la administración Trump, particularmente en lo que respecta a la economía y los derechos sociales. La figura de Elon Musk, asesor presidencial y CEO de Tesla, SpaceX y X (antes Twitter), cobró especial importancia, debido a su rol clave en el Departamento de Eficiencia Gubernamental, responsable de miles de despidos en la administración pública. Musk defiende estas medidas argumentando ahorros multimillonarios para los contribuyentes.
En el National Mall, Kelley Robinson, presidenta de la Human Rights Campaign, denunció los ataques contra la comunidad LGBTQ+: “Los ataques que estamos viendo no son solo políticos. Son personales. Intentan prohibir nuestros libros, recortan drásticamente los fondos para la prevención del VIH, criminalizan a nuestros médicos, a nuestros profesores, a nuestras familias y a nuestras vidas”.
Las preocupaciones se extendieron a otros sectores. En Boston, por ejemplo, la alcaldesa Michelle Wu expresó su rechazo a un gobierno que utiliza "amenazas e intimidaciones como tácticas gubernamentales, atacando valores como la diversidad y la igualdad". Simultáneamente, en Ohio, Roger Broom, un ex republicano, describió la administración como "una administración de agravios, que está desgarrando al país".
El impacto de estas manifestaciones es innegable. Aunque se reportaron algunas contraprotestas menores, como la de Thousand Oaks, la magnitud de la movilización supera ampliamente otras protestas ocurridas durante el periodo, incluso la Marcha de las Mujeres de 2017. En ciudades como Charlotte, la protesta fue transversal, uniendo a personas de diferentes ideologías políticas, unidas por la preocupación por la situación actual.
En Palm Beach Gardens, Florida, a pocos kilómetros del campo de golf de Trump, la protesta fue particularmente significativa. La respuesta de la Casa Blanca, que defendió las medidas y acusó a los demócratas de querer extender los beneficios de Seguridad Social a inmigrantes indocumentados, solo añadió leña al fuego.
El sábado, mientras Trump jugaba golf, el país se manifestó. El domingo, el panorama es el mismo: un descontento profundo y una movilización ciudadana que se extiende más allá de las divisiones partidistas.