Más de 100 detenidos en Tennessee tras operativo de ICE y policía estatal

El pasado 3 de mayo, una colaboración entre agentes federales de inmigración (ICE) y la Patrulla de Carreteras de Tennessee (THP) resultó en la detención de más de 100 personas. La THP reporta haber realizado 588 detenciones, argumentando que estas se basaron únicamente en infracciones de tránsito, y que llevaron al "descubrimiento de drogas ilegales y armas de fuego, eliminando elementos peligrosos de las calles y haciendo a Tennessee más segura". Sin embargo, esta versión oficial ha sido cuestionada.
La Gobernadora de Tennessee, Bill Lee, firmó recientemente una ley que crea una división de inmigración dentro del Departamento de Seguridad y Seguridad Nacional del estado, reflejando la postura de varios funcionarios republicanos de utilizar recursos estatales para implementar las políticas de deportación del Presidente Trump. Esta acción, junto con las redadas, ha generado un fuerte rechazo en Nashville, un bastión demócrata.
Lisa Sherman Luna, directora ejecutiva de la Coalición de Derechos de Inmigrantes y Refugiados de Tennessee, declaró: "Ninguno de nosotros había visto algo así". Sherman Luna, y otros grupos defensores de los derechos de los inmigrantes, señalan que las detenciones se han concentrado en zonas de la ciudad con una alta población de personas de color, sugiriendo prácticas de perfil racial. Se alega que las detenciones se realizan por infracciones menores como luces traseras rotas o vidrios polarizados, lo que permite detener a un gran numero de individuos.
La ciudad de Nashville, a través de su director legal Wally Dietz, ha expresado su desconcierto por la operación y ha negado cualquier participación. Dietz resaltó que la solicitud de información a la Patrulla de Carreteras solo recibió como respuesta la sugerencia de presentar una solicitud de registros públicos. Se estima que alrededor del 9% de la población del área metropolitana de Nashville (aproximadamente 2 millones de habitantes) son inmigrantes, muchos de ellos provenientes de México y Honduras, además de una significativa población kurda y refugiados de Sudán, Myanmar y otros países.
Entre los detenidos, se encontraba al menos una persona buscada por homicidio en El Salvador. La preocupación radica en que muchas personas, ante el temor a un largo proceso de detención, aceptan la deportación sin el debido asesoramiento legal, impidiendo un proceso justo y la posibilidad de permanecer en el país legalmente.
La situación revela una tensión latente entre las políticas federales de inmigración y las realidades locales, impactando directamente en la vida de miles de personas en Nashville y dejando abierta la posibilidad de que este tipo de operativos se repliquen en otras ciudades.