Familia se autodeporta a México ante inminente deportación

En Idaho, Ashlee y Cenobio Feliciano-Galeana enfrentan una de esas encrucijadas. Cenobio, quien llegó a Estados Unidos ilegalmente hace casi dos décadas, a sus 18 años, ha construido una vida: una familia con Ashlee, cuatro hijos que llenan su hogar de risas y sueños. Pero el peso de su situación migratoria ha llegado a un punto crítico. La creciente ola de deportaciones en el país ha impulsado a Cenobio a tomar una decisión drástica: la autodeportación.
"Si tuviera un centavo por cada vez que alguien me ha dicho que esto sería fácil, tendría el dinero para pagar a todos esos abogados", comenta Ashlee, con una mezcla de resignación y cansancio evidente en su voz. A lo largo de su relación, la familia ha luchado incansablemente por regularizar la situación de Cenobio. Abogados, miles de dólares invertidos, y la frustración de ver que ni siquiera su matrimonio con una ciudadana estadounidense garantiza una solución.
El panorama cambió radicalmente con la administración Trump. La posibilidad de regularizar su estatus pasó de 50/50 a, según Ashlee, cero. Se encontraron ante un dilema: arriesgarse a una deportación forzosa o que Cenobio se autodeporte y aspire a regresar en diez años. "Tenemos una bebé de nueve meses y un niño de seis años. Diez años sin padre... es una eternidad", explica Ashlee, justificando su decisión de acompañar a su esposo.
La idea de permanecer en Estados Unidos mientras las autoridades actúan no era una opción. "Esperar a que un día entren a mi casa y se lleven a mi marido como a un criminal, frente a mis hijos... No estaba dispuesta a vivir con esa posibilidad".
Si bien Ashlee reconoce la irregularidad de la entrada de Cenobio a Estados Unidos - dos detenciones en la frontera y un cruce ilegal-, defiende su causa con firmeza. "Nació del lado equivocado de una línea", afirma. "Vino aquí porque estaba muriéndose de hambre. ¿Qué harían ustedes si pasaran días sin comer, muriéndose de hambre? ¿A dónde los llevaría su desesperación?"
Ahora, Ashlee y sus cuatro hijos empacan sus vidas para trasladarse a México, un país desconocido, con la incertidumbre de cuándo podrán regresar como familia completa. Su historia, cargada de sacrificio y esperanza, pone de manifiesto la complejidad de la situación migratoria y la necesidad de buscar soluciones más humanitarias y justas.
En mayo, la administración Trump anunció un programa de asistencia para la autodeportación, incluyendo un estipendio de $1,000 y ayuda para el viaje. Un primer vuelo charter con 64 ciudadanos de Colombia y Honduras fue realizado el mes pasado, según reportó Nexstar's The Hill. Sin embargo, la American Immigration Lawyers Association (AILA) advierte sobre los riesgos, indicando que algunos podrían no poder regresar a Estados Unidos en el futuro.