Trump impulsa los 'Diez Mandamientos' en escuelas de Texas

Texas se convirtió en el último Estado gobernado por el Partido Republicano en aprobar una ley que exige la exhibición obligatoria de los Diez Mandamientos en todas las aulas públicas. La normativa, firmada recientemente por el gobernador Greg Abbott, ordena que el texto religioso sea colocado en más de 9,000 escuelas, afectando a los 5.5 millones de estudiantes que asistirán al inicio del ciclo escolar en septiembre. Esta medida se inscribe en una tendencia creciente entre los Estados con gobiernos conservadores que buscan fortalecer la presencia de la educación religiosa en el sistema público, respaldados por figuras como el expresidente Donald Trump.
La ley SB-10 establece que los Diez Mandamientos deben ser exhibidos en inglés, sin modificaciones, en un formato de al menos 40 x 50 centímetros, y permite además la lectura voluntaria de la Biblia o la oración durante el horario escolar, siempre que cuente con el consentimiento parental. Las autoridades texanas defienden esta iniciativa como un retorno a los valores fundacionales de Estados Unidos, argumentando que la fe y la moralidad son pilares esenciales para el desarrollo cívico y personal de los estudiantes. El vicegobernador Dan Patrick aseguró que la medida proporcionará a los jóvenes una “brújula moral” acorde con la tradición histórica del Estado y la nación.
No obstante, la ley ha generado controversia y ha sido objeto de una demanda colectiva presentada ante un tribunal federal por familias de diversas confesiones religiosas y organizaciones de defensa de los derechos civiles, como la American Civil Liberties Union (ACLU). Los demandantes alegan que la obligatoriedad de exhibir un texto religioso específico viola la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe al Estado promover una religión oficial o interferir en la libertad religiosa individual. Casos similares en otros Estados, como Luisiana y Arkansas, enfrentaron suspensiones judiciales, por lo que expertos legales consideran probable que la legislación texana sea también revisada por tribunales superiores.
El debate suscita opiniones divididas entre la población. Algunos ciudadanos, incluyendo miembros de minorías religiosas, valoran la enseñanza de los Diez Mandamientos como parte del conocimiento cultural y ético general. Otros rechazan la imposición de contenidos religiosos en espacios públicos por considerarla una forma de adoctrinamiento que afecta la diversidad y la libertad de creencias. Mientras el Tribunal Federal evalúa el futuro de la ley, Texas se encuentra en el centro de una pugna ideológica sobre el papel de la religión en la educación pública, un tema que podría definir precedentes legales y políticos para el resto del país.