Trump reconoce que trabajadores migrantes son clave para la economía de EE.UU.

"No se pueden sustituir fácilmente", admitió Donald Trump durante una entrevista con CNBC, rompiendo el discurso habitual sobre migración. La paradoja es evidente: mientras se intensifican las redadas en almacenes de California y construcciones de Texas, los informes económicos revelan vacíos imposibles de llenar con trabajadores locales.
Detrás del escenario, la Casa Blanca negocia un plan que permitiría:
En los campos de cultivo de Iowa, donde las cosechas se pudren por falta de manos, los dueños de tierras reciben con escepticismo las promesas. "Estamos enviándolos de vuelta con un permiso para que regresen legalmente", explicó el mandatario, sin detallar los requisitos ni plazos de este controvertido programa piloto.
El sector agrícola, tradicional aliado republicano, mantiene reuniones urgentes con el Departamento de Trabajo. Necesitan garantías antes de la temporada alta de siembra, cuando la ausencia de jornaleros mexicanos y guatemaltecos podría convertirse en crisis nacional. Mientras, las cocinas de restaurantes en Chicago y las lavanderías de hoteles en Florida operan con personal reducido, anticipando lo que algunos analistas ya llaman "el efecto dominó de las deportaciones".