"Estamos frente a una nueva ola de adicción a la nicotina", advirtió Etienne Krug, director de Promoción de la Salud de la OMS. La paradoja es evidente: mientras el consumo global de tabaco tradicional cayó a 1,200 millones de usuarios en 2024 (frente a 1,380 millones en 2000), la industria tabacalera encontró en los vapeadores un salvavidas. "Se venden como reducción de daños, pero en realidad están enganchando a una nueva generación", agregó Krug.
Las cifras revelan patrones preocupantes:
- 86 millones de adultos usan cigarrillos electrónicos, principalmente en países ricos.
- Europa lidera el tabaquismo tradicional con 24.1% de prevalencia, mientras las mujeres europeas son las mayores consumidoras del mundo (17.4%).
- El sudeste asiático logró reducir el tabaquismo masculino del 70% al 37% en dos décadas.
Mientras gobiernos debaten cómo regular estos dispositivos, la industria tabacalera aprovecha el vacío legal. El resultado: una generación que podría terminar más enganchada a la nicotina que sus padres, justo cuando el mundo celebraba el declive del cigarrillo convencional.
