Ante la escalada de violencia, dos helicópteros, 500 policías estatales y fuerzas federales han ingresado a Tila con el objetivo de restablecer la paz. Esta presencia ha provocado un éxodo masivo de residentes que buscan alejarse de la zona convertida en un campo de batalla. Los grupos autónomos que buscan controlar la región han desatado el terror, enfrentándose a otros grupos y generando un clima de inseguridad.
Las autoridades han hecho un llamado a la calma y la evacuación de los habitantes de Tila, quienes permanecen resguardados en sus hogares a la espera de ser escoltados y desalojados. Es fundamental recuperar la seguridad en la región y proteger a la población civil de esta violencia desenfrenada.
Los testimonios desgarradores de la población revelan masacres, abusos y violencia inhumana perpetrada por estos grupos criminales. La comunidad de Tila clama por justicia y protección ante la brutalidad que han experimentado, con personas heridas, desaparecidas, mujeres y niñas violentadas, y viviendas destruidas.
Urge tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de los afectados por esta crisis. La paz debe ser restaurada en Tila y los responsables de estos actos violentos deben enfrentar la justicia.