México ha recibido el reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su reciente prohibición de las terapias de conversión, a partir del 26 de abril, dichas prácticas dirigidas a modificar la orientación sexual o identidad de género de las personas. Este paso se considera significativo para la protección de los derechos humanos en el país. La resolución, aprobada por el Senado de la República.
Esto implica reformas legales destinadas a evitar que individuos sean sometidos a estas prácticas, que la ONU y otros organismos internacionales han denunciado como tortura y violaciones graves a los derechos humanos. Las terapias de conversión, frecuentemente realizadas en nombre de convicciones religiosas o culturales, han demostrado tener efectos adversos severos en la salud mental y física de quienes las experimentan.
El representante de la ONU en México, Antonio Molpeceres, elogió la medida como un modelo para otras naciones y destacó la importancia de fomentar el respeto y la igualdad para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género. Esta prohibición está alineada con los principios de derechos humanos y con los esfuerzos internacionales para eliminar estas prácticas abusivas.
Además de la prohibición, la reforma establece sanciones para quienes promuevan, impartan o financien las terapias de conversión, enviando un mensaje claro de que dichas prácticas no serán toleradas en el país. Esta decisión se suma a una tendencia global, con países como Alemania, Canadá y varios estados de EE.UU. implementando medidas similares.
La prohibición de las terapias de conversión en México representa un avance crucial en la defensa de los derechos humanos y el bienestar de la comunidad LGBTQ+, marcando un hito en la lucha contra la discriminación y el abuso.