El tiroteo, que comenzó a las 3:30 de la mañana, se atribuye a un choque entre facciones rivales del Cartel de Sinaloa.
La situación se tornó crítica a las 6:00 de la mañana cuando elementos del Ejército Mexicano fueron atacados por un grupo armado en la colonia La Campiña. Tras el ataque, se desplegó un operativo conjunto entre las fuerzas estatales y federales, logrando asegurar dos vehículos que fueron abandonados por los agresores.
El gobernador Rubén Rocha Moya confirmó que uno de los militares heridos, de 42 años, perdió la vida a causa de un impacto de bala en el rostro. La Secretaría de Educación Pública y Cultura, ante la ola de violencia, decidió suspender las clases en Culiacán, tanto en el turno matutino como vespertino.
La incertidumbre se extendió por la ciudad, intensificada por el hallazgo de un cadáver de un civil en la zona sur de Culiacán. Si bien las autoridades no han confirmado su identidad ni las causas de su muerte, se sospecha que pudo estar relacionado con los enfrentamientos.
En la sindicatura de Costa Rica, también se reportaron al menos 10 vehículos con impactos de bala, cristales rotos y rastros de sangre. Ante la escalada de violencia, el gobernador Rocha Moya ordenó el envío de refuerzos militares para frenar cualquier nuevo enfrentamiento.
La capital sinaloense se encuentra en calma por el momento, ya que la mayoría de la población se resguardó en sus hogares. Las autoridades han intensificado los patrullajes en la ciudad para evitar que la violencia se extienda.
La situación en Culiacán refleja la compleja realidad del narcotráfico en México, que constantemente genera violencia e incertidumbre en las comunidades.