El dengue ha emergido como una grave preocupación de salud pública en varios estados de México, y Nuevo León no es la excepción. Con casi 5,000 casos confirmados y nueve fallecimientos reportados, la situación ha llevado a la titular de la Secretaría de Salud del estado, Alma Rosa Marroquín, a hacer un llamado urgente a la población para que reduzca los lugares propensos a la reproducción del mosquito Aedes aegypti, responsable de la enfermedad.
Durante una reciente conferencia de prensa en el Congreso local, Marroquín informó sobre un aumento del 16% en los casos de dengue en la última semana. Este incremento es parte de un patrón atípico en 2024, donde las altas temperaturas y las lluvias constantes han creado un entorno favorable para la proliferación de los mosquitos. Esta combinación climática ha sido determinante en el aumento de contagios y plantea serios desafíos para las autoridades sanitarias.
Hasta la fecha, se han confirmado 4,671 casos de dengue en Nuevo León, de los cuales 1,587 se presentan en estado grave. La secretaria de salud destacó la importancia de monitorear y atender adecuadamente los síntomas del dengue, que pueden incluir fiebre alta, dolor de cabeza, muscular y articular, náuseas, vómitos y, en algunos casos, erupciones cutáneas. La identificación temprana de estos síntomas es crucial para prevenir complicaciones severas que pueden surgir.
El dengue afecta gravemente el sistema de plaquetas en la sangre, que son esenciales para la coagulación. Esta alteración puede llevar a hemorragias, lo que explica la gravedad de algunos casos. Ante esta situación, es vital que la población esté informada sobre cómo diferenciar el dengue de otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el zika y la chikungunya, que presentan síntomas similares pero con variaciones que pueden ser cruciales para el diagnóstico.
Las secuelas del dengue son otro aspecto a considerar, ya que, aunque muchos pacientes logran recuperarse, algunos pueden experimentar efectos persistentes como dificultad para respirar, hipotensión o daño multiorgánico. Por lo tanto, la prevención se convierte en una estrategia esencial. Entre las recomendaciones se incluyen el uso de repelentes, la instalación de mosquiteros, la utilización de aire acondicionado y la vacunación, especialmente en áreas donde la presencia del mosquito es alta.
Con la situación actual, la Secretaría de Salud de Nuevo León reitera la necesidad de que la comunidad actúe de manera proactiva para reducir la incidencia del dengue. La colaboración entre autoridades y ciudadanos es fundamental para crear un entorno más seguro y minimizar el impacto de esta enfermedad, que sigue afectando a miles en la región. La concienciación y la educación son herramientas clave en esta lucha contra el dengue.