Recientemente, un video circuló por internet, mostrando a un niño de aproximadamente 10 años en una estación del Metrobús de la Ciudad de México. El menor ofrecía gelatinas, pero algo inusual llamó la atención de los usuarios: las gelatinas parecían haber sido derramadas intencionalmente. El niño, con un rostro de aparente tristeza, pedía ayuda mientras la gente recogía las gelatinas regadas a su alrededor. Al ofrecerle dinero, el menor se negaba a responder quién había tirado las gelatinas y guardaba discretamente los billetes que recibía. Esta situación, rápidamente catalogada como "estafa" por algunos, despertó la polémica sobre la línea que separa la ayuda genuina de la manipulación.
Algunos consideran que el niño podría estar siendo manipulado por un adulto para aprovechar la empatía de las personas. La situación se presta a la interpretación: el niño, con sus gelatinas regadas, parece una víctima, pero la negativa a responder y la discreta recepción de dinero, generan dudas. Juan Martín Pérez García, coordinador de la organización Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, advierte sobre la importancia de no criminalizar al niño. El experto señala que la atención debe centrarse en las personas adultas que explotan a los niños, no en los menores.
Estas prácticas son reprobables, pero la crítica no debe caer en criminalizar a los menores que muchas veces son orillados a estar en estas situaciones, afirma Pérez García.
Pérez García recomienda que la ciudadanía, en lugar de intervenir directamente, se apoye en las autoridades:
- Cámaras de vigilancia del C5: Permite rastrear a las personas que rodean al niño.
- Servicios del DIF: Brindan apoyo y protección a niños en situaciones vulnerables.
El trabajo infantil y las soluciones
Pérez García destaca la importancia de los programas sociales del gobierno para combatir las desigualdades que orillan a las personas a estas situaciones. Sin embargo, recalca que estos programas deben ir más allá de la entrega de dinero:
- Acceso a servicios: Los programas sociales deben garantizar acceso a educación, salud y protección frente al trabajo infantil.
- Integración familiar: Los niños no deben ser separados de sus familias sin una razón justificada y supervisada.
En definitiva, la situación del niño con las gelatinas nos recuerda la compleja realidad del trabajo infantil y la necesidad de soluciones integrales que aborden las causas y consecuencias de esta problemática.