Malala Yousafzai, la joven activista pakistaní que ha dedicado su vida a defender el derecho a la educación de las niñas, llegó a la capital mexicana para participar en una serie de eventos y conversaciones. Su presencia, sin embargo, fue más allá de las conferencias programadas.
Un encuentro privado en el Palacio Nacional, la residencia oficial del poder ejecutivo mexicano, despertó la curiosidad de muchos. ¿Quién iba a imaginar que Malala se reuniría con Claudia Sheinbaum Pardo, la Presidenta de México? La visita, que se mantuvo en secreto hasta el último momento, se llevó a cabo el jueves 24 de octubre. La activista, acompañada de miembros de la Embajada Británica en México, ingresó al Palacio Nacional sin dar declaraciones a la prensa.
La naturaleza y el contenido de la reunión entre la Presidenta Sheinbaum y Malala Yousafzai permanecen envueltos en misterio. Ni la Presidencia de México ni la activista han confirmado oficialmente el encuentro. La ausencia de comunicados o imágenes en las redes sociales alimenta la especulación sobre el tema.
Sin embargo, la visita de Malala a México no se limitó a la reunión con la Presidenta. El día anterior, Malala visitó el Museo Frida Kahlo, también conocido como "Casa Azul". La directora del museo, Perla Labarthe, acompañó a la joven activista en un recorrido por la casa-taller de la icónica pintora mexicana. "Malala, una de las voces más influyentes en la defensa de la educación y los derechos de las mujeres a nivel mundial, tuvo la oportunidad de conocer de cerca la vida, obra y legado de Frida Kahlo, una de las figuras más representativas del arte mexicano y mundial", informó el museo en un comunicado.
Malala, por su parte, dejó un mensaje en el libro de visitantes: "Fue un placer visitar la Casa Azul. Frida ha inspirado a personas, incluyendo a mujeres como nosotras en Pakistán, a creer en sí mismas, ser ellas mismas y expresarse".
Malala Yousafzai, nacida en 1997, ha dedicado su vida a defender el derecho a la educación de las niñas. Su activismo comenzó en su natal valle de Swat, Pakistán, donde el régimen talibán impedía la educación de las mujeres. En 2012, Malala sufrió un atentado que no la detuvo en su lucha. Su trabajo le ha valido el reconocimiento mundial, incluyendo el Premio Nobel de la Paz en 2014, convirtiéndola en la persona más joven en recibir este honor. Malala también fundó la organización Malala Fund, que trabaja para asegurar la educación de las niñas en todo el mundo.