La ciudad de México, como un laberinto de asfalto y acero, se ha convertido en el escenario de una nueva modalidad delictiva que pone en jaque a los automovilistas. El tráfico, un mal endémico de la metrópolis, se ha convertido en el aliado perfecto para los criminales que, sobre dos ruedas, acechan en la jungla de concreto.
Un estudio reciente, realizado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, reveló un incremento alarmante en los robos con violencia a automovilistas en los últimos meses. La investigación apunta hacia un modus operandi que involucra a grupos de motociclistas que aprovechan la congestión vehicular para amedrentar a sus víctimas. El modus operandi es simple pero efectivo: los delincuentes se acercan al vehículo, amedrentan al conductor y le roban sus pertenencias.
La investigación, que se basa en el análisis de videos de cámaras de seguridad y declaraciones de víctimas, identificó a los principales puntos de ataque: Avenida Insurgentes, Eje Central Lázaro Cárdenas y Avenida Paseo de la Reforma. En estos puntos estratégicos, los motociclistas se camuflan entre el tráfico, se acercan al objetivo y en cuestión de segundos ejecutan el robo, dejando a las víctimas en shock y con la sensación de vulnerabilidad.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha implementado operativos especiales para combatir esta nueva amenaza, pero los criminales son cada vez más escurridizos. Se ha desplegado un contingente de policías motorizados para combatir a los criminales, pero la tarea es titánica. Las autoridades han hecho un llamado a la ciudadanía para que tome precauciones y reporte cualquier situación sospechosa.