El 20 de noviembre, una fecha emblemática en la que México celebra la Revolución Mexicana, se vivió un momento singular en las calles de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Durante el desfile escolar, una pequeña alumna de la Escuela Primaria Emilio Rabaza se destacó al personificar a Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en ocupar la presidencia del país. Su actuación no solo capturó la atención del público, sino que también resonó en las redes sociales, donde el video de su emotivo discurso se volvió viral.
La niña, ataviada con un atuendo que evocaba el estilo de la presidenta, no solo imitó su apariencia, sino que también reflejó su carisma y habilidad oratoria. En un momento culminante del evento, pronunció un discurso que tocó las fibras más sensibles de los asistentes, recordando la importancia de la igualdad de género y el papel de las mujeres en la historia de México.
“Durante mucho tiempo, las mujeres fuimos anuladas. A muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos querían hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres”, expresó la pequeña, subrayando la necesidad de reconocer las contribuciones femeninas a lo largo de la historia. Su mensaje continuó con un llamado a la inclusión y la realización de sueños sin importar el género.
Al finalizar su intervención, la niña cerró con una poderosa declaración: “Soy madre, abuela, científica, mujer de fe y, por voluntad del pueblo, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Soy Claudia Sheinbaum Pardo. Gracias”. Este emotivo cierre fue recibido con un aplauso estruendoso, evidenciando el impacto de su mensaje en la audiencia.
El video de su actuación ha acumulado más de medio millón de reproducciones, generando una ola de comentarios positivos en redes sociales. Muchos usuarios celebraron la representación de la niña, destacando que “me encanta ver que las niñas ya no son solo adelitas” y resaltando el simbolismo de que, en un evento históricamente dominado por figuras masculinas, ahora se dé espacio a las mujeres como protagonistas.
Este acto no solo representa un cambio en la narrativa histórica, sino que también sirve como un recordatorio del poder que tienen las figuras públicas para inspirar a las nuevas generaciones. La representación femenina en la política y la sociedad es más relevante que nunca, y momentos como este son cruciales para fomentar un futuro más equitativo.