Xóchitl Gálvez ha manifestado su preocupación por el rumbo que han tomado estos partidos, así como por la gestión actual del gobierno. En sus palabras, "el país necesita una oposición con mayor credibilidad, lejos de los intereses de los partidos tradicionales". Esta declaración resuena en un contexto donde la insatisfacción con la política convencional es palpable entre los ciudadanos.
La exaspirante a la presidencia ha señalado que la propuesta del gobierno para el paquete económico de 2025 es un claro indicativo de la dirección errónea que sigue el país. En este sentido, Gálvez enfatiza la urgencia de contar con una fuerza política que sea "ciudadana, innovadora, disruptiva" y que esté genuinamente comprometida con la construcción de un México mejor, sin la influencia de grupos de poder.
En cuanto a la formación de su nuevo partido, Gálvez ha dejado claro que no buscará el apoyo de los partidos tradicionales. Su objetivo es ofrecer a los mexicanos una opción política "digna y con credibilidad", lo que implica un cambio radical en la estructura política actual, alejándose de lo que ella denomina los "impresentables" de la política tradicional.
El Frente Cívico Nacional, liderado por Guadalupe Acosta Naranjo, ha sido un aliado significativo durante su campaña y se perfila como un actor clave en este nuevo proyecto. Aunque Gálvez no ha revelado todos los detalles sobre los posibles integrantes de su partido, la expectativa es alta en torno a cómo se desarrollará esta iniciativa.
Las reacciones en el ámbito político no se han hecho esperar. Marko Cortés, exdirigente del PAN, ha expresado su desacuerdo con la creación de un nuevo partido, advirtiendo que esto podría fragmentar aún más a la oposición. En lugar de ello, sugiere que Gálvez podría regresar al Congreso para contribuir desde allí.
A pesar de las críticas, Gálvez continúa firme en su propósito de ofrecer a los ciudadanos una alternativa política que responda a sus necesidades y expectativas, marcando así un nuevo capítulo en la política mexicana.