Según Omar Mancera González, investigador de la Escuela de Ciencias Antropológicas de Sinaloa, los desplazamientos por violencia en el estado llegan a 8 mil familias. Sin embargo, no es la única causa que obliga a las personas a dejar sus hogares. La construcción de presas, como las 11 que se han construido en el estado desde 1945, ha provocado el desplazamiento de 4 mil 744 familias de 201 comunidades que quedaron bajo el agua.
Además, desde 2018 se ha comenzado a tener conocimiento de otro tipo de desplazamiento en Sinaloa: por cambio climático. Los golpes de huracanes y tormentas tropicales, así como las sequías que comenzaron a acentuarse desde el año 2020, han arrojado a cientos de familias de las zonas rurales a las cabeceras municipales por falta de agua, desbordamientos de cerros e inundaciones, entre otras causas.
La diferencia entre migración y desplazamiento es clave para entender la situación. La migración generalmente se realiza extra fronteras, mientras que el desplazamiento es un proceso forzado que se produce dentro de un mismo país. Las personas desplazadas no tienen intenciones de moverse de su sitio de origen, pero son obligadas a salir por circunstancias o decisiones del estado.
En Sinaloa, los desplazamientos se concentran principalmente en la zona norte del estado, en Choix y El Fuerte, que colindan con el desierto de Sonora. Los habitantes de las zonas serranas son las más vulnerables para convertirse en desplazados por pobreza y que los obligan a trasladarse a las ciudades en busca de mejores oportunidades económicas.
La construcción de la Presa Picachos en 2006 es un ejemplo de cómo los desplazamientos pueden tener consecuencias a largo plazo. Se desplazaron cerca de 2 mil familias, que fueron reubicadas en nuevos pueblos que terminaron cayendo en manos de la violencia y sus habitantes tuvieron que huir una vez más.
Los desplazados generalmente llegan a las ciudades como Culiacán, Mazatlán o Los Mochis, donde a veces tienen oportunidad de vivir con parientes o amigos. Sin embargo, cuando no hay redes de conexión, llegan a invadir predios en las afueras de estas ciudades.
El cambio climático es una de las principales preocupaciones para los habitantes de Sinaloa, ya que provocará una crisis hídrica que afectará a miles de familias. La industria agrícola voraz del estado es una de las principales causas de la escasez de agua, y se estima que en menos de 5 años podríamos estar hablando de que vamos a tener miles de familias desplazadas de las regiones rurales de todo el país hacia las ciudades porque no van a tener agua.
Para resolver el tema del desabasto de agua, no es necesario un plan hídrico nacional con tanta "parafernalia". Se ocupa meter en cintura a los sectores que se gastan la mayor parte del agua, eficientar el recurso y garantizar que la gente tenga agua en sus casas.