Aunque parezca increíble, la alergia al árbol per se es poco común, según el Dr. Joshua Davidson, alergólogo e inmunólogo de Redondo Beach, California. Él explica que el polen de los árboles de hoja perenne, los más usados como árboles navideños, es menos alergénico que el de otros tipos de árboles y, además, su producción polínica no coincide con la temporada navideña.
Entonces, ¿de dónde provienen los estornudos, la congestión nasal y la irritación ocular que muchos experimentan en estas fechas? La respuesta, según los expertos, radica en los elementos que acompañan al árbol:
- Moho: Un árbol recién cortado puede contener esporas de moho que al secarse liberan sus alérgenos al ambiente.
- Polvo: El polvo acumulado en las ramas y adornos puede desencadenar reacciones en personas sensibles.
- Aromas y aceites: La fragancia de algunos árboles, o incluso su savia, puede irritar la piel y las vías respiratorias, causando síntomas similares a una alergia.
La clave para disfrutar la Navidad sin estornudos está en la prevención. Un árbol de Navidad limpio, libre de moho y polvo, es fundamental. Se recomienda limpiar bien el árbol antes de colocarlo en casa, aspirar cuidadosamente las ramas y optar por adornos que no acumulen mucha suciedad. Si eres especialmente sensible, quizás optar por un árbol artificial sea una alternativa más segura.
Finalmente, es importante recordar que si los síntomas persisten o son severos, lo mejor es consultar a un médico alergólogo. Él podrá realizar un diagnóstico preciso y recomendar el tratamiento adecuado para disfrutar al máximo de las fiestas decembrinas, sin dejar que las alergias opacaran la alegría navideña.