Este año, la situación económica global aún genera incertidumbre, pero también hay datos que nos ayudan a navegar mejor esta temporada. La clave, según los especialistas, reside en la planificación. No se trata de arruinar la celebración, sino de administrar responsablemente los recursos. Y aquí es donde la previsión se convierte en la mejor aliada. Hablamos de un plan estratégico, no de una simple lista de compras.
De acuerdo con los últimos reportes del Banco de México, la inflación anual cerró diciembre de 2024 en 4.44%, la cifra más baja desde 2022. Si bien esto es una buena noticia, "el aumento en la inflación subyacente indica que los precios de productos básicos y servicios continúan al alza", un dato que debemos considerar al momento de planear nuestro presupuesto.
¿Qué implica esto para las familias mexicanas? Significa que, aunque la inflación general ha disminuido, el costo de vida sigue representando un desafío. Para sortear la cuesta de enero, la recomendación es priorizar los gastos esenciales:
- Alimentos
- Servicios básicos (luz, agua, gas)
- Transporte
- Salud
Identificar gastos superfluos y recortarlos es fundamental. Un análisis detallado de los movimientos bancarios de los últimos meses puede ayudar a identificar áreas donde se puede optimizar el gasto. El ahorro previo a las fiestas, incluso en pequeñas cantidades, puede marcar una diferencia significativa en enero. Con un plan adecuado, y una actitud responsable, la cuesta de enero puede ser menos empinada de lo que parece.
La planificación financiera no es solo para expertos; es una herramienta accesible que nos empodera para tomar decisiones informadas y afrontar los retos económicos con mayor tranquilidad. La clave está en anticiparnos, no en reaccionar a la crisis.