Este festejo, dedicado a Huitzilopochtli, la deidad del sol y la guerra, guarda sorprendentes paralelismos con la Navidad cristiana, aunque sus rituales fueran diametralmente opuestos.
Según un artículo de la UNAM, el Panquetzaliztli se celebraba en el quinceavo mes del calendario azteca, coincidiendo con el solsticio de invierno. Para los mexicas, este era un momento crucial: la conmemoración del "renacimiento de Huitzilopochtli, el resurgimiento del sol después del día más corto del año."
La festividad simbolizaba no solo el inicio de un nuevo ciclo agrícola, sino también la victoria de la luz sobre la oscuridad, un concepto resonante con el significado cristiano de la Navidad. En la antigua Tenochtitlan, la celebración era un espectáculo de colores vibrantes. "Los templos se adornaban con flores y banderas, evocando, de alguna manera, las luces y decoraciones navideñas que conocemos hoy," explica el profesor Sergio Sánchez Vázquez de la UAEH.
Las festividades incluían danzas, rituales que hoy nos parecen impactantes, y ofrendas para asegurar la fortaleza del sol y la continuidad de la vida. Una práctica destacada consistía en crear una figura de Huitzilopochtli con tzoalli (una mezcla de semillas de amaranto y miel de maguey), colocada en el Templo Mayor. Un sacerdote, personificando a Quetzalcóatl, le disparaba una flecha simbólica al corazón. Posteriormente, la figura era compartida y consumida por la gente.
El profesor Sánchez Vázquez compara este acto con la comunión católica: "Una connotación simbólica similar al consumo del cuerpo y sangre de Cristo." Además, un representante, conocido como el Painal, recorría las comunidades llevando las bendiciones y virtudes de Huitzilopochtli.
La llegada de los españoles marcó un punto de inflexión. Los rituales considerados paganos fueron prohibidos, pero la fe se adaptó. Se generó un sincretismo donde deidades como Coatlicue y Huitzilopochtli fueron asociadas a la Virgen María y Jesucristo. Este fenómeno, según el Dr. Sánchez Vázquez, no fue exclusivo de Mesoamérica; la Navidad cristiana absorbió elementos de celebraciones paganas en Europa, como las Saturnalias romanas o el Yule germánico.
A pesar de las transformaciones, el legado del Panquetzaliztli perdura en la cultura mexicana, un testimonio de la resiliencia y la adaptación cultural. Una muestra palpable de cómo las tradiciones, aunque transformadas, continúan resonando en nuestra identidad colectiva.