Maribel Guardia revela su duelo por Julián Figueroa y el momento que cambió su dolor

Lo que pocos esperaban era que detrás de su sonrisa habitual se escondiera un duelo tan profundo que incluso la llevó a cuestionar su fe.
En una conversación íntima, la también cantante reveló detalles estremecedores sobre cómo vivió los primeros meses sin Julián Figueroa. "Me veía al espejo y ya no reconocía esa luz", confesó entre lágrimas. La pérdida no solo fue emocional: su cuerpo también sintió el impacto, como si de pronto hubiera envejecido una década. Hasta su rutina más cotidiana se transformó; ese bosque donde solía caminar con su hijo se convirtió en un lugar prohibido por el dolor que despertaba.
Pero en medio de la oscuridad, llegó un momento que definiría su proceso de duelo. Durante el novenario, Maribel experimentó algo que describe como "un canal de luz". En ese estado, asegura haber visto a Julián radiante, feliz, dándole tres vueltas alrededor de su cintura antes de despedirse. "No era tristeza lo que sentí al irse, sino paz", relató. Para ella, ese instante fue un regalo espiritual, una respuesta a sus rezos más desesperados.
La relación con la Virgen de Guadalupe tomó un giro inesperado. La misma fe que la sostuvo también fue objeto de sus reclamos más amargos. Ese domingo fatídico, antes de enterarse de la muerte de Julián, Maribel había hecho su petición habitual: "Virgencita, te encargo a mi hijo". Horas después, al encontrarse frente a la imagen pintada por su madre, el reproche surgió casi por instinto: "¿Por qué, si te lo he encargado tanto?"
Sin embargo, en un momento de claridad, recordó que la Virgen también perdió a su hijo. Esa reflexión marcó un antes y después. El enojo dio paso al agradecimiento, a la certeza de que quizá ese era el destino que le esperaba a Julián. Hoy, aunque el vacío persiste, Maribel elige celebrar los 27 años que compartieron, transformando el dolor en amor que perdura más allá de la muerte.