Estos incendios, catalogados como los más devastadores en la historia del estado, han dejado más de 180,000 personas bajo órdenes de evacuación y alrededor de 10,000 edificaciones dañadas. La cifra de víctimas mortales asciende a, al menos, 24 personas, dejando una profunda huella de dolor y pérdidas irreparables.
Ante esta situación, y considerando que Los Ángeles alberga a cerca de un millón de mexicanos, la respuesta del gobierno mexicano ha sido inmediata. La Presidenta, Claudia Sheinbaum, anunció durante su conferencia matutina, “La Mañanera del Pueblo,” un programa de apoyo específico para los migrantes mexicanos afectados.
“El día de hoy le estoy dando instrucciones al canciller (Juan Ramón de la Fuente) para que el cónsul de Los Ángeles (Carlos Gutiérrez) abra un programa especial de información y ver cómo podemos apoyarles y encontrar la manera, de que no se queden en el desamparo,” declaró la mandataria. Este programa, aún en desarrollo, busca brindar asistencia a quienes perdieron su empleo debido a los incendios.
La colaboración trasciende fronteras. Se está trabajando estrechamente con el Consulado de México en Los Ángeles y el gobernador de California, Gavin Newsom, para asegurar que la ayuda internacional, incluyendo la proveniente de México, llegue eficazmente a los connacionales afectados.
Además del apoyo in situ, el gobierno mexicano también se ha comprometido a brindar asistencia a aquellos mexicanos que deseen regresar voluntariamente a su país. “Los vamos a recibir como lo que son: mexicanos y mexicanas trabajadores, con un Gobierno solidario que les va a brindar la mano y el apoyo,” aseguró Sheinbaum. Los detalles específicos de este programa de repatriación serán anunciados próximamente.
Más allá de las cifras y las declaraciones oficiales, esta situación pone de manifiesto la importancia de la colaboración internacional ante desastres naturales y la necesidad de políticas que protejan a los migrantes en situaciones de vulnerabilidad. El envío previo de un equipo de apoyo humanitario por parte del gobierno mexicano, reconocido por autoridades estadounidenses, es un ejemplo concreto de esa solidaridad.