Sin embargo, un asunto de vital importancia para el futuro del país pareció quedar en un segundo plano, a pesar de sus implicaciones de largo alcance.
En la conferencia matutina del martes 21 de enero de 2025, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó el cambio climático. Si bien reconoció la realidad del problema, su discurso, según muchos analistas, careció de la contundencia y el sentido de urgencia que la situación amerita. El contraste entre el reconocimiento del problema y la falta de un plan de acción concreto generó un debate intenso en las redes sociales y en los medios de comunicación.
La mandataria mencionó el abandono del Acuerdo de París por parte de la administración Trump, señalando la crucial necesidad de colaboración internacional para la mitigación de gases de efecto invernadero. Sin embargo, faltó una estrategia nacional específica y ambiciosa para reducir las emisiones de México, un país con una alta dependencia de los combustibles fósiles. La simple mención de la adaptación al cambio climático como una tarea de las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura, sin un programa de mitigación paralelo y contundente, fue considerada por muchos como insuficiente.
La respuesta del gobierno se delegó, en gran medida, a otros funcionarios. Se destacó la participación de Alicia Bárcenas en el Foro Económico Mundial de Davos, pero se omitieron detalles sobre las políticas e inversiones concretas que se están implementando a nivel nacional. Esta falta de transparencia generó una sensación de falta de compromiso y liderazgo político en un tema con un potencial devastador para la seguridad alimentaria y la economía mexicana.
Se hizo referencia a un reportaje de la revista Contralínea sobre los impactos del cambio climático en la producción de alimentos. Aunque se reconoció la afectación de los ciclos de lluvia, sequías y heladas, no hubo una respuesta clara a las preocupaciones planteadas en dicho reportaje. La necesidad de políticas agrícolas más resilientes y una transición justa a prácticas sostenibles quedaron relegadas a una simple mención.
Finalmente, la alusión a la falta de atención del problema por parte de los "ultraricos", sin propuestas concretas para responsabilizarlos, subrayó una visión incompleta del problema. La necesidad de una fuerte regulación de los sectores económicos que más contribuyen a la crisis climática quedó sin abordar con la profundidad que requiere una situación tan compleja.
El enfoque de la conferencia, priorizando temas de migración y seguridad, evidenció la posición secundaria que ocupó la crisis climática, a pesar de su potencial para desestabilizar social y económicamente al país. La situación deja entrever un futuro incierto para México en este ámbito.