Todo parecía tranquilo, demasiado tranquilo.
Pero la tranquilidad se quebró el martes 21 de enero de 2025, durante la conferencia matutina de la Presidenta Claudia Sheinbaum. El tema: los polémicos decretos firmados por Donald Trump, que volvieron a poner en jaque la relación entre México y Estados Unidos.
Sheinbaum, con su habitual aplomo, defendió la postura del gobierno mexicano. “Defenderemos nuestra soberanía y apoyaremos a nuestros connacionales en el extranjero”, afirmó. Sin embargo, sus palabras, cargadas de datos sobre la disminución de la migración, parecieron a muchos más una estrategia de comunicación que una respuesta contundente a las medidas de Trump.
Entre los decretos más preocupantes está la reactivación del programa "Quédate en México" (MPP). Esta decisión representa una seria amenaza para los derechos humanos de los migrantes y una nueva carga para el ya saturado sistema migratorio mexicano. El anuncio de la "Estrategia Nacional de Repatriación: México te abraza", con sus centros de atención y la promesa de una tarjeta de 2000 pesos, generó más dudas que certezas. ¿Será suficiente para atender las complejas necesidades de los deportados? La cooperación empresarial, aunque laudable, no puede ser la solución a un problema de Estado.
Otro punto crítico es la declaración de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Si bien Sheinbaum mencionó la búsqueda del diálogo y la coordinación con Estados Unidos, la falta de una estrategia clara ante posibles acciones extraterritoriales generó una sensación de incertidumbre. El caso del secuestro de Mayo Zambada, y la falta de transparencia por parte del gobierno estadounidense, agravó aún más la situación.
Finalmente, la amenaza de represalias comerciales, como la imposición de aranceles, puso en alerta a la economía mexicana. La aparente calma de la presidenta, su llamado a analizar la situación "paso a paso", contrasta con la ausencia de medidas preventivas concretas. La falta de una respuesta comercial contundente, deja a México en una posición vulnerable.
Más allá de las cifras y las declaraciones, la conferencia de prensa dejó una sensación de incertidumbre. La respuesta del gobierno mexicano, aunque aparentemente firme, parece más una estrategia de gestión de la imagen pública que una verdadera defensa de la soberanía nacional. La realidad, en este tablero geopolítico, es mucho más compleja de lo que se ha mostrado.