Detrás de cada viaje en metro, autobús o trolebús, existe una compleja maquinaria humana que trabaja incansablemente. Ahora, la Alianza de Tranviarios de México (ATM), que representa a los trabajadores de los Servicios de Transportes Eléctricos (STE) de la CDMX – incluyendo el Trolebús, Tren Ligero y Cablebús – ha estado enfrascada en arduas negociaciones con la empresa para el contrato colectivo de trabajo 2025-2027. En juego, no sólo se encuentra un incremento salarial del 3.5% solicitado por la ATM, sino también compromisos fundamentales en materia de equipo, uniformes, herramientas y capacitación para operar las modernas unidades.
La situación se complicó debido a la, según la ATM, "total cerrazón" por parte de la dirección de los STE, encabezada por Martín López Delgado. Esto llevó a que el emplazamiento a huelga, inicialmente programado para el 21 de enero y ratificado ante el Tribunal Laboral de Asuntos Colectivos de la Ciudad de México, se mantuviera en vilo.
La intervención de figuras clave del gobierno capitalino, incluyendo al secretario de Gobierno y el secretario de Transporte, resultó crucial para destrabar la situación. Fue gracias a su mediación que, finalmente, se logró un acuerdo. "Se dio la instrucción al director STE de iniciar las negociaciones", según fuentes cercanas a las conversaciones.
La nueva fecha para el inicio de las negociaciones formales se estableció para el próximo miércoles. El abogado Pablo Franco, representante legal involucrado, aclaró que la mesa de trabajo se enfocará inicialmente en cláusulas que no implican un impacto económico directo, centrándose en aspectos administrativos del contrato colectivo.
Con la prórroga del emplazamiento a huelga hasta el primer minuto del 21 de febrero, se abre una ventana de oportunidad para resolver las discrepancias y evitar una posible paralización del servicio. El foco ahora se centra en el éxito de las negociaciones y la capacidad de ambas partes para llegar a un acuerdo satisfactorio para todos.