El silencio de la noche se vio interrumpido por el crujir del metal, el estallido del fuego y las sirenas que llegaron demasiado tarde. Un joven de apenas 17 años, identificado extraoficialmente como José, perdió la vida en el incendio. Las investigaciones apuntan a una posible descarga eléctrica como detonante del siniestro, la cual, al estar cerca de materiales inflamables, provocó una rápida propagación del fuego.
José, según trascendió, vivía en el taller desde hacía tres años. "Su mamá lo abandonó, y el dueño le dio cobijo y trabajo como ayudante", comentó un vecino al equipo de reporteros. Un testimonio que pinta un cuadro de precariedad y vulnerabilidad que ensombrece aún más esta tragedia.
Además de la irreparable pérdida humana, el incendio causó daños materiales significativos. Una camioneta y un automóvil quedaron prácticamente destruidos, víctimas de las intensas llamas que se extendieron por varios metros cuadrados. Las autoridades continúan las investigaciones para determinar las causas exactas del siniestro y establecer responsabilidades.
El lugar, ahora un escenario de cenizas y escombros, guarda el silencio de una tragedia que conmociona a la comunidad. Entre los restos humeantes, permanece la huella de una vida truncada, la de un joven que encontró en un taller mecánico un hogar, pero también su trágico final.