El primer asunto que abordó fue la posible cancelación de una importante reunión de la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Claudia Sheinbaum, sin entrar en detalles, mencionó que la Secretaría de Relaciones Exteriores ya está en contacto con Honduras para aclarar la situación. "Los mecanismos de la CELAC requieren consenso, unanimidad", explicó, insinuando la posible razón detrás de la cancelación. Destacó, sin embargo, el compromiso de México con la unidad latinoamericana y su fortalecimiento económico como potencia regional.
Posteriormente, la conversación viró hacia la compleja relación comercial con Estados Unidos. A pesar de los anuncios desde la Casa Blanca sobre la inminente imposición de aranceles a productos mexicanos a partir del 1 de febrero, la mandataria mexicana se mostró escéptica. Sheinbaum afirmó que el gobierno mexicano no cree que se impongan los aranceles, y añadió, con una leve sonrisa, “pero estamos preparados, y si ocurre, se informará a la nación en su momento”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, reiteró, está en constante diálogo con su contraparte estadounidense para abordar el tema. Se hizo hincapié en la importancia de mantener una comunicación abierta, pero se evitó profundizar en las estrategias o negociaciones específicas que se están llevando a cabo.
Finalmente, y cambiando de tema, la presidenta se refirió a una iniciativa de congresistas de ambos países para manifestarse contra una posible intervención militar de Estados Unidos en México. Sheinbaum respondió con tranquilidad: “Celebro las relaciones bilaterales, pero no preveo una intervención de Estados Unidos”. La declaración, breve pero firme, cerró la conferencia sin mayores detalles sobre este punto.
La mención a la renovación de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), y la existencia de dos candidatos postulados, fue apenas un breve comentario al final de la rueda de prensa, dejando abierta la posibilidad de futuras declaraciones al respecto.