Rodolfo Márquez, conocido como "Fofo" en redes sociales, recibió una sentencia de 17 años y seis meses de prisión por el delito de feminicidio en grado de tentativa contra Edith Márquez. La noticia, que conmocionó al país, se dio a conocer el 29 de enero en el Estado de México. La audiencia final, llena de tensión, tuvo un giro inesperado: la reacción de Márquez al escuchar la sentencia.
Su sonrisa, inicialmente interpretada como una burla insensible, llevó a una evaluación psicológica realizada por la perito Laura Alor y Érick Rauda, exabogado de Márquez. Los resultados de esta evaluación ofrecen una perspectiva diferente.
Según la experta, "Tiene dislexia, que es una alteración para leer, escribir y decodificar los símbolos que implican comprender y decodificar el lenguaje; no lee, ni escribe con fluidez. Si le pones un texto para su lectura, lo lee con deletreo (...) y al final no comprende lo que leyó".
Pero la dislexia no era el único factor. La perito Alor reveló un panorama más amplio: "Cierta disfunción neurológica le impide realizar las conductas acorde a su edad (...) era imposible que ‘Fofo′ comprendiera un texto, mucho menos que firmara una declaración; él no entendía lo que leía".
La evaluación detectó, además de la dislexia, indicadores de inmadurez neurológica y déficit de atención con hiperactividad. Para la perito, la sonrisa de Márquez en las audiencias no era una muestra de cinismo, sino un "mecanismo reflejo ante la ansiedad y el miedo".
Un dato sorprendente surgió de la evaluación: "Reconoce que cometió una mala acción; está muy arrepentido. Es capaz de empatizar con la víctima", afirmó la perito. Este aspecto, contrastante con la imagen pública del influencer, añade una capa de complejidad a la situación.
La información brindada por la perito plantea interrogantes sobre la comprensión plena de las capacidades cognitivas y emocionales de los involucrados en el sistema judicial, y cómo esto puede influir en la interpretación de sus acciones y la aplicación de la justicia.