Volcán de Colima: Niebla dificulta observación, alerta amarilla persiste

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), sin embargo, mantiene una vigilancia constante. Su reporte de hoy, 17 de febrero, indica que el semáforo de alerta volcánica permanece en amarillo, fase que corresponde a "desgasificación pasiva". Esto significa que, aunque no hay una erupción inminente, existe la posibilidad de caída de ceniza en las zonas aledañas al Volcán de Fuego de Colima. Para una evaluación más detallada, se recomienda consultar el Boletín técnico semanal del volcán de Colima, publicado por el Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos de la Universidad de Colima (UCOL-CUEV).
Los datos del radiosondeo atmosférico de Manzanillo, Colima a las 6:00 am, revelan información crucial sobre las condiciones atmosféricas:
Más allá de su actividad geológica, el Volcán de Colima forma parte de un ecosistema único. Declarado Parque Nacional el 5 de septiembre de 1936, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, este área protegida de 6,554.75 hectáreas alberga una rica biodiversidad, con bosques de pinos y encinos contrastando con zonas semitropicales bajas. La compleja topografía, resultado de su origen volcánico, y su proximidad al Océano Pacífico contribuyen a la creación de un entorno excepcional, un verdadero "museo natural" de flora y fauna.
Aunque el Volcán de Fuego de Colima es el más activo del complejo, es importante recordar que el Popocatépetl, un estratovolcán compuesto por múltiples capas de lava solidificada, se considera el volcán más peligroso debido a su proximidad a zonas densamente pobladas. Su estructura geológica, con rocas del Jurásico y calizas del Cretácico, además de formaciones graníticas desde el Cretácico hasta el Cuaternario, es un testimonio de la larga historia geológica de México.