Colapso de tuberías en Culiacán: 180 fugas mensuales y calles inundadas
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La Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC) confirma que el problema radica en la antigüedad de las tuberías. Hablamos de un sistema con tramos que datan de entre 50 y 70 años, construidos con asbesto, un material ya obsoleto. “El asbesto es un material que ya no se fabrica y estamos trabajando para sustituir por un material más resistente como el acero,” confirmó Roberto Alfonso Zazueta Tapia, gerente general de JAPAC.
Las consecuencias son palpables. 180 fugas mensuales, en promedio, y el colapso de drenajes en al menos 12 colonias. Esto se traduce en un panorama de calles inundadas, olores fétidos, y un riesgo sanitario considerable. Colonias como Alturas del Sur, Barrancos, 21 de Marzo, Guadalupe Victoria, La Conquista, La Amistad, Toledo, Lázaro Cárdenas, Villa Bonita, Adolfo López Mateos, y otras, reportan con frecuencia estos problemas.
Un ejemplo extremo es el fraccionamiento San Fermín. Ahí, el colapso del drenaje ha dejado un arroyo de aguas negras a lo largo de siete cuadras, afectando a un jardín de niños, una tortillería y el tránsito de cientos de personas. “Es una peste insoportable y la Japac no acude a reparar, no es algo nuevo, es un problema constante,” lamenta Alfonso López, vecino del lugar. Otro caso se registra en la calle Itzel, colonia Rosario Uzarraga, donde una fuga, reportada hace más de dos meses, sigue sin ser atendida.
JAPAC ha iniciado un programa de sustitución. Se avanza a un ritmo de un kilómetro de tubería nueva cada dos meses, reemplazando el asbesto por acero. En dos meses, se han sustituido 1,080 metros. La colonia Juntas de Humaya es un ejemplo reciente de este esfuerzo, con una inversión de 1 millón de pesos en la sustitución de 107 metros de tubería. Sin embargo, la magnitud del problema requiere una inversión mayor y un esfuerzo sostenido. Las zonas con mayor antigüedad, como Chapultepec y el Centro, son prioridad en este plan gradual de renovación.
Además de la renovación de tuberías, se realizan reparaciones en plantas como la de San Lorenzo, que cuenta con infraestructura de hasta 36 años de antigüedad. Se priorizan las zonas con mayor incidencia de fugas, como Capistrano y Barrancos, donde la inversión asciende a uno o dos millones de pesos por tramo. El gerente de JAPAC reconoce que, por ser una inversión millonaria, un cambio total no es viable de inmediato. La problemática se extiende a lo largo de la ciudad, y cada colonia enfrenta el desafío con sus propias urgencias.
La situación exige un trabajo conjunto entre la JAPAC y la ciudadanía. La colaboración se vuelve fundamental para mitigar los efectos de un problema arraigado en décadas de infraestructura deficiente.