Balacera interrumpe partido de fútbol en Culiacán
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El lunes por la noche y la madrugada del martes, un partido de fútbol amateur en la Colonia Toledo Corro, al sur de Culiacán, se vio interrumpido abruptamente. No fue un error arbitral ni una lesión, sino el sonido ensordecedor de detonaciones de arma de fuego, muy cerca del campo de juego.
Un video, que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra la escena de pánico. Se escuchan claramente las balas, entremezcladas con las voces de los asistentes. "¿Corremos o qué?", pregunta una joven, su voz llena de incertidumbre. "Sí, están corriendo todos", responde su acompañante. El sonido de "¡Vámonos, plebes!", pone fin al partido, dando paso a la desesperada búsqueda de refugio.
Este incidente no es un hecho aislado. En los últimos tres meses, se han registrado tres interrupciones de actividades deportivas por balaceras en Culiacán. Las dos primeras ocurrieron en noviembre: una durante un partido de fútbol al norte de la ciudad y otra, una semana después, en un juego de sóftbol en el Fraccionamiento Alturas del Sur.
La situación genera una profunda sensación de inseguridad entre los habitantes. Ni siquiera la práctica de deportes como el fútbol, considerados actividades familiares y recreativas, están exentas de la violencia que azota a la ciudad. La incertidumbre sobre cuándo terminará esta ola de violencia se ha convertido en un peso constante en la vida diaria de los culiacanenses.
El evento destaca la preocupante permeabilidad de la violencia a todos los ámbitos de la vida diaria en la ciudad, afectando incluso actividades aparentemente inocuas como un partido de fútbol vecinal. La pregunta latente es: ¿cuándo se logrará la paz en esta región?