Violencia de género en México: Década de alertas, poca acción

La implementación de las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), un mecanismo diseñado para erradicar la violencia feminicida, cumple una década. Ana Yeli Pérez Garrido, directora de Incidencia de Justicia Pro Persona y parte del grupo que monitorea las alertas, destaca un panorama desigual. Mientras algunos estados como “Nuevo León, a pesar de sus recursos, muestran una deficiencia alarmante en el seguimiento y compromiso real para erradicar la violencia”, otros han aprovechado la alerta para implementar políticas públicas y marcos normativos que impactan positivamente en la vida de las mujeres.
La discrepancia es notable. Si bien Pérez Garrido reconoce los avances significativos de las AVGM, también señala la necesidad de una acción más contundente. “No es una cuestión solo de recursos, sino de voluntad política.” El compromiso, asegura, llegó demasiado tarde. “La violencia contra las mujeres no es un fenómeno reciente, pero hace 10 años se empezó a generar una política pública para enfrentarlo. Lamentablemente, la convicción llegó tarde.”
Susana Camacho, coordinadora del programa de justicia de México Evalúa, comparte una perspectiva crítica. Ante un problema tan generalizado, la efectividad de las alertas se ha diluido. “La realidad es que estos programas o no se emiten, o se diseñan sin seguimiento adecuado.” La falta de transparencia sobre los resultados de las AVGM genera incertidumbre: “No sabemos exactamente los resultados obtenidos derivado de la declaración de las alertas.”
Un informe de la extinta Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) arroja datos preocupantes: hasta junio de 2023, de las 659 medidas recomendadas en las 25 AVGM a nivel nacional, solo el 5% se habían cumplido a cabalidad. Un 39% no se habían cumplido y el 56% estaban en proceso. Esta información, proveniente de la evaluación de 18 estados, pone de manifiesto la magnitud del reto aún pendiente.
La situación requiere una reflexión profunda. Más allá de las cifras y los informes, la realidad es la persistencia de la violencia contra las mujeres en México. Un problema que requiere una atención integral y un compromiso inquebrantable por parte de todas las instancias involucradas para lograr un cambio real y duradero.