Desaparición de joven en Jalisco: Temor de reclutamiento como sicario

Un joven de 16 años, Robert Esteban Reyes Cruz, deja su hogar en el Estado de México con la promesa de un trabajo como pintor en Guadalajara. Su madre, Verónica Cruz, acepta con resignación, aunque con el corazón encogido. Las comunicaciones iniciales son frecuentes, mensajes cortos que transmiten tranquilidad. Pero la calma se quiebra.
A finales de abril, el silencio. Los mensajes dejan de llegar. La preocupación de Verónica se transforma en angustia. El padre de Robert presenta la denuncia por desaparición ante la Fiscalía del Estado de México, iniciando una odisea burocrática que la llevará a Jalisco en busca de respuestas.
En Guadalajara, Verónica enfrenta una pared de obstáculos. Las autoridades locales le niegan la apertura de una nueva denuncia, argumentando que el caso ya está en manos de las autoridades mexiquenses. A pesar de todo, Verónica no se rinde. Se dirige a la última ubicación conocida de su hijo: un Oxxo en Zamatlán. Allí, reparte desesperadamente volantes con la fotografía de Robert, sin éxito.
La esperanza vuelve a renacer, efímeramente, con una llamada de Robert. Un breve contacto a través de WhatsApp donde asegura estar bien, pero evade responder sobre su paradero. Luego, un mensaje anónimo en redes sociales: “Hola, buenos días. Soy un amigo de tu hermano Harry, solo quería informarte que le pasó a mi compañero, lo perdieron en un topón y, pues, falleció… la verdad, perdón que te dé así la noticia, lo lamento”. La incertidumbre carcome a Verónica, ¿Harry es Robert?
Más tarde, otra llamada, esta vez de Robert a su hermana. Una conversación desgarradora. Un relato entrecortado, lleno de terror: “Habían matado a uno de sus compañeros… que él se había arrojado al piso para protegerse… y que si no lograba salir de ahí, cuidaría a su familia desde el cielo”. La confesión: Robert estaba involucrado con un grupo criminal, obligado a ser sicario.
El descubrimiento del rancho clandestino en Teuchitlán, Jalisco, en donde se realizaban actividades de entrenamiento forzado y exterminio, enciende una luz de esperanza, pero también de temor, en el corazón de Verónica. Ella cree que su hijo pudo haber estado allí. La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco ha emitido una cédula oficial para localizar a Robert. Sus características físicas son: 17 años, complexión delgada, tez morena clara, cabello lacio, corto y negro, 1.65 metros de altura. Como señas particulares: lunares en el lado izquierdo de la espalda y en el lado derecho del pecho, y una cicatriz en el párpado. Vestía playera negra, pantalones negros, tenis, gorra, cangurera y una cadena gris con dije de la Santa Muerte.
La búsqueda continúa. El silencio sigue siendo el principal cómplice de la tragedia.