Durante un reciente domingo por la mañana, Jasmine junta con su madre Donna, se enteró de una cifra alarmante: Actualmente, en el estado de Arizona, se encuentran 14.000 niños inscritos en el sistema de casas de crianza, y Jasmine podría ver sido incluido en ese cálculo. Jasmine, cuyo apellido será retenido porque ella tema ser descubierta por sus padres biológicos, leyó esta información en el periódico y pensó esto increíble. “¿Por qué? ¿Por qué? ¿No deberían todos adoptar niños?”, ella le pregunta a su madre.
Jasmine, de 12 años de edad, fue inscrita como tutela por el estado a los 4 años. Después de años de negligencia, sus padres la abandonaron y ella vivió con vecinos, quienes la cuidaron hasta que ella alcanzó la edad de ingresar a la escuela primaria, cuando Servicios Protectores de Niños (conocidos por sus siglas en inglés como CPS), la agencia estatal con el cargo del bienestar de los menores de edad, descubrió que Jasmine no tenía tutor legal, y ella fue colocada en una casa de crianza. Jasmine vivió con cuatro familias en el sistema de casas de crianza antes de conocer a Donna y Barry, sus padres adoptivos, junto con Nathan, el hijo biológico de la pareja. “Durante mi niñez, en Ohio, el autobús de la escuela recogía niños de un orfanato. No podía creer que esos niños no tenían familia. Se me hacía muy difícil aceptar eso. Me partía el alma”, Donna explicó. A los treinta y largos años ella decidió adoptar un niño. “Lo que me preocupaba de ofrecernos como padres de crianza era enamorarme del niño. Por supuesto uno tiene esperanzas que sean reunidos con su familia, pero yo siempre temía enamorarme de la criatura y después que regresaría con su familia. En el caso de Jasmine, ella fue colocada con nosotros bajo el sistema de casas de crianza y está con nosotros desde entonces”.
La primera vez que Donna y Barry conocieron a Jasmine fue un incidente natural y posiblemente cómico. “La primera vez que conocí a mis padres, pues ellos me visitaron en la casa donde vivía y me emocioné tanto que hice una voltereta sobre el sofá y enseñé mi ropa interior. Pienso que me gustaron mucho y por eso hice la voltereta sobre el sofá”, Jasmine explicó. Según Donna, no fue difícil reconocer que la relación con Jasmine estaba escrita. “Fue muy fácil conocerla. “Tomamos un helado. Hicimos unas cositas juntas y sobresalió su dulzura. Así es ella, pues inmediatamente lo reconocimos. Ni quisimos dejarla en la casa de crianza. Quería que se viniera conmigo en ese momento”, recordó Donna. La adopción se tramitó una semana antes que Jasmine cumpliera 7 años.
Actualmente, Jasmine quisiera crear más conocimiento sobre el tema de adopción y asuntos relacionados con el sistema de cuidados de crianza, pues ella sueña de reducir ese número de 14.000 y poder ayudar a esos niños, intentando que no sean parte de la cifra. “Tenemos confianza que la mayoría de los bebés sean adoptados y los padres esperan cuidarlos toda su vida porque son pequeños. Pero niños de mi edad, 12 años, pues no son adoptados tan rápidamente como los niños pequeños, por ser más grandes y la familia piensa que no podrá pasar toda su vida con el niño. Prefieren un niño pequeño”, Jasmine dijo. Ella también agregó que niños de todas edades merecen una familia adoptiva. “Pienso que la gente no realiza que al llegar a los 18 años, y sin familia adoptiva, uno se queda solo, pues ya no es posible vivir en una casa de crianza”.