Nogales
El panteón más antiguo de Nogales es el Del Rosario, el cual tiene entre sus paredes, tumbas que datan de más de hace 100 años, las cuales forman parte de la historia que forjó a la ciudad, ya que se encuentran sepultados los miembros de las primeras familias que habitaron esta frontera.
Entre las tumbas se pueden leer apellidos como Elías así como los nombres del doctor Veremundo Montenegro, quien era originario de Venezuela y murió en esta ciudad en mayo de 1899 y de un español, Hilario Gabilondo quien nació en la ciudad de Bilbao y falleció en esta frontera en 1893.
La vida de los panteones en Nogales fue contada por el historiador Pablo Lechuga quien destaca que las primeras sepulturas en el Del Rosario son de los finales de 1800 y manifestó que algunas son de fecha más antigua, ya que los pobladores de aquellas épocas al moverse de ciudad, lo hacían con todo y familiares muertos.
En el tema añadió, “las primeras tumbas pertenecen a las primeras familias de Nogales y tienen ciertas características en su arquitectura por la tendencia romana, uso de mármol, herrería donde se veía el poder económico o si pertenecían a una logia, club, se colocaba un detalle alusivo”.
El historiador indicó que las gavetas no se enterraban, sino que se dejaban sobre la tierra, luego de que en Nogales era muy común escarbar y encontrar veneros de agua, por lo que aún se pueden apreciar algunas en esta forma y que tienen alrededor de 100 años.
Lechuga comentó que se cuenta que existía un panteón en el camino que lleva a Mascareñas y que pertenecía a los chinos que había en la región, donde sepultaban a sus familiares difuntos, pero con su expulsión, también se borraron dichos vestigios.
Manifestó que los chinos utilizaban sobre sus tumbas obeliscos con inscripciones propias de su idioma original, por lo que en el panteón Del Rosario aún existen tumbas que en su arquitectura manejan los obeliscos.
En el panteón Del Rosario hasta hace poco se dejó de sepultar, luego de que se encuentra al máximo de su capacidad, asimismo esconde un gran acervo cultural, ya que se pueden apreciar tumbas y lapidas que reflejan fechas de hace más de 130 años, así como unas se han mantenido de pie, otras por el paso de los años y las condiciones climatológicas así como los materiales de construcción se han derrumbado o poco a poco hundido.
Fue en el año de 1918 cuando surgió el panteón de los Héroes, donde se sepultaron a los combatientes del 27 de agosto de ese mismo año y se dice que ya había tumbas de años anteriores, posteriormente se crea el Nacional, así como su anexo, el de Los Cipreses y el más reciente Jardines del Edén.
Desde la arquitectura romana hasta grandes mausoleos así como edificaciones que recrean un castillo, se pueden encontrar en los diversos panteones de la ciudad así como otros que contrastan con su cruz de madera o metal y su lapida es la propia tierra.
Los panteones son una muestra clara de los estratos sociales así como del afecto por el fallecido por parte de sus familiares, ya que las estructuras no son limitante para expresar el dolor de su perdida, ya que abundan objetos personales, temáticas alusivas a cada fecha como celebraciones decembrina, “halloween”, Día del Niño, entre otras.
En la actualidad ser sepultado en el panteón Jardines del Edén que se ubica en el fraccionamiento La Mesa y es el único que tiene espacio, cuesta alrededor de 600 pesos y por el momento no se están vendiendo terrenos de manera anticipada, aun cuando consta de un espacio de 100 hectáreas.
Lo anterior según información de Sindicatura Municipal, quienes también comentaron que de manera abierta ya no hay espacios en los panteones Del Rosario, Cipreses así como Nacional y en ninguno de sus anexos y se está regularizando la situación de quienes cuentan con antiguo título de propiedad en estas áreas.
Respecto a las edificaciones dentro del panteón, los familiares son libres de construir a su gusto, siempre y cuando no afecten la tumba de otra persona y saquen el respectivo permiso de construcción ante la oficina de Obras Públicas del Ayuntamiento.
Así es como en Nogales y a lo largo de sus más de 100 años de historia en sus panteones, se ha evolucionado en gustos, modas, capacidad económica para la construcción de la última morada de sus seres queridos.