NOGALES
A escala nacional su letalidad es de 5.76% y la tasa más elevada se presenta en el grupo de 50 a 54 años.
Hasta ahora hay 556 casos de influenza h1n1 registrados en el país. San Luis Potosí, Jalisco, Aguascalientes, Estado de México y Nuevo León ubican los mayores casos, según la Secretaría de Salud federal.
A diferencia del 2009, cuando el virus de la influenza AH1N1 provocó que se semiparalizara el comercio, las actividades deportivas se llevaran a cabo a puerta cerrada, la gente evitó salir a eventos masivos, esta vez la enfermedad ha registrado 556 casos contra los 50 mil enfermos y 318 muertos, de ese año.
La Secretaría de Salud federal, a través de un comunicado, informó que dieron positivos 468 casos de influenza tipo AH1N1; 13, de AH3N2; de la B, 5; A, 45; AH1, 2 y A, 23.
La dependencia federal aclaró que no se trata de una epidemia, sin embargo, llamó a la población a vacunarse en su centro de salud más cercano.
Sin especificar el número en cada entidad, la Ssa, informó que en los estados de San Luis Potosí, Jalisco, Aguascalientes, Estado de México y Nuevo León, se ubica el mayor número de casos.
El reporte de la Dirección General de Epidemiología señala que en lo que va de este año, la entidad con mayor número de defunciones positivas a influenza es San Luis Potosí con cinco; le siguen Coahuila, Distrito Federal y Jalisco con tres cada uno; Aguascalientes, Hidalgo, Estado de México, Querétaro y Zacatecas con dos y con un solo caso Baja California, Durango, Morelos, Nuevo León, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Tlaxcala, que suman 32.
Adicionalmente da a conocer que a escala nacional la letalidad por influenza es de 5.76 por ciento y que la tasa más elevada se presenta en el grupo de 50 a 54 años, con 16.7 por ciento.
Las personas más propensas a enfermarse de influenza son los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65 años. Las personas que trabajan en el área de salud, turismo y escuelas se encuentran en riesgo de contagiarse.
La vacuna es la mejor forma de prevenir la influenza. No debe aplicarse a personas con alergia a las proteínas del huevo, con antecedentes de reacción grave a la vacunación y que hayan padecido el Síndrome de Guillain-Barré (se trata de un trastorno autoinmunitario que el propio sistema inmunitario del cuerpo se ataca a sí mismo y se desconoce qué lo desencadena exactamente.)