Nogales.
Da una serie de recomendaciones para que quienes las padecen controlen estas enfermedades.
La diabetes e hipertensión son males que suelen conducir a la enfermedad renal, lo cual agrava la situación de incontables pacientes.
Los riñones son una especie de obreros del cuerpo humano, pocas veces se les da la importancia debida, pues se desconoce que son los encargados de reciclar 200 litros diarios de sangre y con ello filtrar cerca de dos litros de desechos y exceso de agua, que transforman en orina.
El buen funcionamiento renal se ve afectado por varias causas, pero las más comunes son la diabetes e hipertensión, que atacan los riñones y les hacen perder su capacidad de filtración, señaló la endocrinólogo, Eva Mazlum de Davis.
Estimó que el 50% de pacientes de diabetes y/o hipertensión arterial sufrirán ciertos daños en los riñones si no se atienden y se controlan ambas enfermedades.
Algunos datos indican que la diabetes afecta a más de 194 millones de personas en el mundo y en México a 6.5 millones, y la hipertensión a 30.8% de personas mayores de 20 años.
Explicó existen diferentes tipos de problemas renales, entre ella se encuentra la Insuficiencia renal aguda , esta ocurre rápidamente, como en un accidente que lesiona los riñones, la pérdida de mucha sangre puede causar también algunos medicamentos o sustancias venenosas pueden hacer que los riñones dejen de funcionar.
La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida permanente de la función, pero si los riñones no sufren un daño grave, se pueden recuperar.
Enfermedad renal crónica: por lo general casi todos los problemas de los riñones se dan lentamente, una persona puede tener una enfermedad renal por muchos años sin saberlo. La pérdida gradual de la función se llama enfermedad renal crónica.
Enfermedad renal en estado terminal: se le llama así a una insuficiencia renal total o casi total y permanente. Las personas con este mal deben recibir diálisis o un trasplante de riñón para conservar la vida.
Síntomas
La endocrinólogo Eva Muzlum manifestó que las personas que se encuentran en las primeras etapas de una enfermedad renal normalmente no se sienten afectadas, cuando la enfermedad avanza orinan con más o con menos frecuencia que antes, quizá se sientan cansadas o tengan comezón; pueden perder el apetito, sentir náuseas o sufrir vómitos, las manos o los pies se les pueden hinchar o adormecer.