Don Ernesto Yocupicio, bolero de corazón

Desde hace 30 años, don Ernesto Yocupicio es bolero, oficio que disfruta y espera seguir ejerciendo hasta el último día de su vida

...

Tu opinión es muy valiosa para mí y me ayuda a crear mejor contenido para ti.
Por favor, indícame qué fue lo que no te gustó.

¡Gracias por calificar mi nota! Nos ayuda mucho para crear más contenido como este.
Nogales, Sonora

Desde hace 30 años, don Ernesto Yocupicio es bolero, oficio que disfruta y espera seguir ejerciendo hasta el último día de su vida.

Esta labor la empecé cuando tenía como 34 años, si sacamos cuentas más o menos tengo 30 años dedicándome a esto. Cuando recién comencé me regalaron una grabadora, pero como no supe qué hacer con ella y no tenía trabajo, decidí venderla y me compré una bolería con un muchacho que trabajaba cerca de la plaza Miguel Hidalgo y desde entonces he venido sacando para hacer un poquito más grande el negocio”, mencionó.

Los últimos 10 años los ha trabajado en su bolería ubicada a las afueras del parque La Pichona, a la altura de la Preparatoria Municipal, donde siempre tiene una sonrisa y un ‘buenas tardes’ para los vecinos del sector.

A pesar de que perdió su pierna izquierda, don Ernesto llega a atender a hasta a tres clientes al mismo tiempo, además de los encargos que día a día le hacen los vecinos del lugar.

Yo inicié allá donde estaba el VH, pero por unos problemitas con el señor que me rentaba tuve que cambiarme y ahorita ya tengo alrededor de 10 años trabajando aquí en la Pichona.

Mi horario empieza desde a las nueve de la mañana y me voy de aquí más o menos a las seis de la tarde todos los días. Me tomo descansos cuando tengo que ir al Seguro, o cuando tengo otro compromiso, pero si no, aquí estoy todo el tiempo”, añade mostrando una sonda médica y las muletas que lo acompañan a diario.

Don Ernesto menciona que le gusta su trabajo, a pesar de no ser siempre bien remunerado.

Me gusta mi trabajo porque siempre saco para comer, saco poquito, pero me alcanza bien para mí solo. Hay personas que piensan que gano buen dinero, pero la verdad es que no, si yo ganara mucho dinero no estaría aquí, a lo mejor ya tendría un carro”, comenta entre risas.

Cobro como 30 pesos por boleada o a veces 25, a veces más, a veces menos, por las botas en ocasiones les cobro 100 pesos, pero eso ya con pintada y todo, no sabría decirte cuánto gano al día. Hay veces que no saco nada y menos ahora que la gente nada más usa tenis, de esos que no ocupan bolearse, el negocio está más caído que antes. Si antes ganaba, poquito pues ahora menos.”

Pero pese a ello, dice el ser bolero será su labor hasta su último día de vida, pues después de tantos años aprendió a organizarse con el dinero que recibe y con lo que necesita gastar.

Yo por mi voy a seguir trabajando en esto hasta que me muera, si no estuviera aquí no pudiera trabajar en ninguna otra cosa. Yo con lo que saco de aquí saco para mis comidas y con eso tengo para seguir trabajando, con una boleada ya compro cinco pesos de tortillas, cinco huevos y eso es lo que como.”

Don Ernesto asegura continuará su labor siempre bajo la premisa con la que ha trabajado a lo largo de su vida: para comer hay que trabajar, si no nadie me va a venir a regalar las cosas”.

La profesión del bolero cada vez se mira menos en México, pero don Ernesto es un ejemplo de perserverancia.

Comparte esta noticia