Doctor Sergio De la Rosa Gill: Medicina, vocación antes que negocio

Doctor Sergio De la Rosa Gill: Medicina, vocación antes que negocio
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Nogales


Una de las profesiones más exigentes en todos los tiempos y más en la actualidad para quienes la practican, la medicina es la especialidad más demandada por todos los estratos sociales.


Como también la más buscada por estudiantes que se han propuesto un proyecto de vida en la carrera de medicina, como alivio a sus males no sólo físicos, sino económicos como médico de prestigio.


Fijarse una meta de esta naturaleza es fácil, lo difícil es concretarla porque requiere de empeño, dedicación, voluntad y principalmente, una amplia vocación de servicio en su ejercicio.


Con 34 años de experiencia ejerciendo la medicina, el doctor Sergio De la Rosa Gill recuerda cómo, al igual a muchos infantes, desde niño soñó en ser médico para contar con los medios para curar enfermedades.


Una de sus pasiones ejercidas con amor al prójimo, con paciencia y anteponiendo el corazón antes del objetivo mercantil perseguidos por muchos en demérito de la profesión.


El médico general egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) explica de la exigencia por mantenerse a la vanguardia por lo cambiante en los últimos años, en los temas de salud.


Al mismo tiempo de la permanente evolución de los fármacos que constantemente están en el mercado, así como las técnicas sobre análisis y tratamiento de las enfermedades.


Nacido en esta frontera, De la Rosa Gill, al igual que muchos jóvenes de su tiempo, debió salir de Nogales para hacer una carrera profesional ante la falta de espacios de educación superior.


Cuatro años de estudio y luego, el internado y servicio social en el hospital del Seguro Social en la ciudad de Tijuana, Baja California durante cuatro años, para regresarse a Nogales a ejercer su profesión.


Fundamental la vocación


Instalado en su consultorio particular en la calle González e Ingenieros, plática de la importancia de mantenerse al día en los temas inherentes a su profesión, capacitándose en talleres, cursos y conferencias.


La medicina evoluciona día con día. Ha cambiando mucho desde que estuve en la escuela hasta ahora”, refiere, por ello hay que capacitarse porque una cosa es estudiar, salir de la universidad y otra, es responder a las exigencias del paciente, dar el ancho para curar sus males y afectaciones”.


Los médicos con especialidades se interesan por los adelantos de su especialidad, explica, en cambio como médico general deben estar al pendiente de los adelantos en ginecología, pediatría, cirugía para abarcar un poco más.


En el desempeño de la práctica profesional por tantos años, sostiene, es vital mantener el amor al prójimo, la ayuda al desesperado, la vocación de servicio y los principios fundamentales inculcados en la familia.


Pero sobre todas las cosas, las ganas de servir a los demás, de socorrer al necesitado en busca de mejorar su salud, de aliviar el dolor, sin fijarse en la cartera o en la posición social.


Nunca, nunca he hecho esto por negocio, por un crecimiento económico”, sostiene, aun cuando hay muchos que ven esto por negocio, siempre he trabajado por vocación”.


El mercantilismo lleva a la deshumanización de la profesión, asegura, a la mercantilización de una actividad en la cual, antes de prescribir cualquier fármaco, se debe de poner el corazón por delante y luego, la inteligencia para salvar una vida.


El médico debe estar consciente que al abrirse la puerta del consultorio sin importar el horario, es buscado para aliviar una molestia la cual en alguna institución de salud, no fue detectada a cabalidad.


Enfrentar las inconformidades


Para la atención a los pacientes no existe un tiempo determinado, porque se debe de analizar a consciencia de acuerdo a las explicaciones brindadas para encontrar la causa del dolor o la molestia.


Por ello no se limita al examinar a una señora, un señor, un niño, un joven y esta situación, le ha generado inconformidades en quienes espera su espacio para ser atendidos.


Algunos se han incomodado y lo dicen que ha sido mucho el tiempo que han estado esperando, pero me tomo mi tiempo”, refiere, teniendo que enfrentar el enojo de los señores, pero ya que les explico quedan conformes y seguramente les ha gustado la atención, porque han regresado”.


En 34 años de práctica profesional también ha atendido juguetes de niñas silenciosas sin responder a sus preguntas, debiendo dirigirse a las muñecas que llevan consigo.


Me ha dado resultado, les pregunto qué sienten, en donde les duele”, comenta entre risas, eso hace que las criaturas se suelten y respondan y así, seguir con el análisis para prescribir el medicamento adecuado”.


Son muchas las satisfacciones que brinda esta profesión, pero la más importante es la preservación hasta donde sea posible, el sanar de sus afectaciones y preservar la vida humana.

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