Rafael Romo: Difícil ser neutral ante la masacre

El sonorense se encuentra en Ucrania como corresponsal de guerra para la cadena CNN en Español y desde allá comparte su labor y visión periodística

Rafael Romo: Difícil ser neutral ante la masacre
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Se puede ser objetivo, pero es difícil mantenerse neutral ante la masacre, así describe su labor periodística Rafael Romo, sonorense que se encuentra como corresponsal de guerra en Ucrania por parte de la cadena CNN en Español.


El periodista oriundo de Cananea, con más de 30 años de carrera y con participación en situaciones de guerra en diversos países, considera que, más allá de cifras o estadísticas, lo verdaderamente importante es la población civil, quien está sufriendo los embates de la guerra entre Rusia y Ucrania.


Entrevistado vía zoom, desde un hotel de la ciudad de Lviv, Ucrania, el corresponsal respondió a la siguiente entrevista:


¿Qué significa para ti la guerra, ha cambiado tu perspectiva sobre ella?


Muchos pensaban que Rusia era uno de los ejércitos más poderosos del mundo y si no pudo conquistar Kiev en más de 40 días. Ucrania es un país, relativamente hablando, pequeño. El ejército de Ucrania es numéricamente mucho más inferior que Rusia, entonces se llega a la conclusión que Rusia no tenía el ejército tan poderoso, tan capaz, que se creía. Ahora, eso no significa que no hayan hecho mucho daño, han destruido gran parte del país, han hecho todo tipo de atrocidades, masacres, asesinatos de niños, violaciones de mujeres, han bombardeado edificios residenciales, bombardearon un teatro que servía de albergue en Mariupol, una ciudad pesquera al sureste de Ucrania, donde había mil personas, 300 murieron. (…) Bombardearon una estación de trenes donde estaban evacuando, entonces no se han tentado el corazón para ir contra blancos civiles. Cuando las convenciones de la guerra dicen que eso es un crimen de guerra, lo dicen los líderes de la OTAN, el gobierno de Estados Unidos, países de Occidente, los vecinos de Rusia, países que nunca pensábamos que se iban a atrever a hablar en contra de Rusia, Hungría, por ejemplo. Es una situación complicada, un parteaguas, un hito histórico.


¿Se puede ser objetivo cuando estás documentando, evidenciando esta matanza que narras?


Mira, yo admiro mucho a una de nuestras corresponsales que se llama Christiane Amanpour, ella dice que la obligación de un periodista es ser veraz y no necesariamente neutral y honestamente sería muy difícil ser neutral viendo las atrocidades que está cometiendo Rusia aquí y querer dar la misma voz, la misma validez a declaraciones sabiendo que son mentiras, porque nuestros propios equipos han podido comprobar que lo que dice el Kremlin es una exageración o es una mentira, un invento. No están hablando con la verdad, entonces no podemos darle el mismo valor a sus palabras que a las del gobierno de Ucrania. Habían dicho que no habían atacado civiles, pero nuestros equipos estuvieron en Bucha y Borodyanka y pudimos ver que no solamente los atacaron, como te dije al principio, masacraron familias, qué sentido tiene eso para una guerra. Atacar un hospital infantil, una maternidad. La Organización Mundial de la Salud dijo que ha habido más de 80 ataques contra centros médicos, que habían muerto más de 40 profesionales de la salud. Que un ejército actúe así viola las convenciones modernas de guerra. La guerra por definición es el caos y dentro del caos hay convenciones internacionales que se deben de respetar.


Rusia ha dicho que se han presentado montajes, ¿pueden caber montajes cuando se tienen los ojos del mundo entero a través de la tecnología y la prensa?


Pues decían que era montaje en Bucha y fuimos para allá y lo vimos. Fuimos a Borodyanka y fueron atrocidades las que se presentaron ahí, más que en Bucha. Imagínate edificio residencial bombardeado tras edificio, convertidos en escombros, sin saber si los civiles están bajos esos escombros, si alcanzaron a huir, eran zonas residenciales no blancos de guerra, entonces por qué la crueldad. Ha habido guerras en las que se ha doblegado una nación sin cometer esas atrocidades, es imposible tapar el sol para Rusia.


A más de 46 días de sanciones y anuncios sobre restricciones, ¿se ha notado, o se avizora algún cambio?


El problema de las sanciones es que el impacto es duro, pero tarda. Las sanciones sí van a tener un impacto sobre Rusia, su economía. El rublo es una moneda muy devaluada. El hecho de que haya estas sanciones no significa que Rusia de la noche a la mañana vaya a dejar de bombardear. Esto yo lo comentaba en mi cuenta de Twitter, que Vladimir Putin está acabando con dos países a la vez, Ucrania y el suyo, porque está provocando que colapse la economía de Rusia (…).


¿Cuál es el sentir de la población ante esas sanciones, esperan una intervención más activa por parte de las otras naciones?


He platicado con muchos ucranianos y ellos entienden que una intervención de países de Occidente significa un conflicto regional, posiblemente una tercera guerra mundial. Lo entienden. Lo que sí piden es más armamento. (…) están pidiendo a la comunidad internacional brinde ese apoyo militar y también exista ayuda humanitaria. Hay cálculos que 11 millones de personas han tenido que huir de sus hogares, decía un alto funcionario. Estamos hablando de un país de 44 millones de habitantes, donde una cuarta parte se ha desplazado de manera interna, o huyendo a países como Polonia, Hungría, Rumania. Es una situación desesperante.


¿Te ha tocado hablar con las tropas, cuál es su sentir?


Es muy diferente el sentir de las tropas ucranianas y las rusas, porque los ucranianos están combatiendo por convicción, están defendiendo su país. Ellos lo saben y lo entienden. Es evidente en un sector de las tropas rusas que algunos ni siquiera sabían a lo que venían, la misión no les fue informada como debería. El Kremlin no les dijo ‘vamos a invadir, va a haber combates’. Había muchos jóvenes mal entrenados, mal capacitados. Después de 40 días de combate es evidente que la logística rusa no funcionó como debía. Se estaban comunicado por radio abierto, quién hace eso en una guerra, cometieron fallas en su cadena de suministro, muchas cosas…


Me llama la atención la participación de extranjeros que están yendo a pelear por Ucrania, ¿te ha tocado hablar con alguno de ellos?


No directamente, una compañera hablaba con un joven de origen ucraniano, criado en Estados Unidos, que combatió por Estados Unidos en el Medio Oriente, prestó su servicio en el ejército y ahora viene a la tierra de sus padres a combatir, se unió a las fuerzas de la policía (…). No es el único, sí hay de Estados Unidos, pero hay muchos de otros países que vienen a tratar de ayudar a los ucranianos de la manera que ellos puedan.


Consideras es contagioso el sentimiento nacionalista, o son las ganas de participar en un conflicto bélico


No, mira, platicaba con una mujer ucraniana y ella me decía que es como un ladrón que se mete a tu casa y no solo te quiere robar lo que tienes, sino que quiere imponer su voluntad. Y el impacto con la población civil ha sido severo. Publicamos una nota en la que me tocó estar en una fiesta de cumpleaños de una familia separada. Entrevisté al papá, aquí en Lviv el mismo día que su hija cumplía 10 años, pero que ella estaba en Italia. Un día ellos estaban fuera de su casa y pasa un misil por encima y cae en una base militar ubicada a unos kilómetros de distancia y me dice ‘ahí fue donde dije que tenía que sacar a mi familia de aquí, no los puedo tener aquí’. Al día siguiente los llevó por tierra a Cracovia, país vecino, y de ahí volaron a Milán, donde están quedándose la mamá, la esposa y la hija de él. Esa historia refleja lo que ha pasado a miles de familias, se han separado. Madres e hijos se van y los papás se quedan combatiendo acá.


¿Están detenidas las ciudades, la economía, cómo están viviendo?


Depende de la ciudad donde estés. El oriente de Ucrania está completamente paralizado. Kiev, la capital del centro norte, se está volviendo a reactivar. Aquí el impacto ha sido parecido al que hubo con la pandemia. La parte básica de la economía sigue participando, muchas cosas han dejado de funcionar, como la actividad turística, está muerta. Hay un toque de queda de las 10 de la noche a las 6 de la mañana. Los aeropuertos no están funcionando por razones obvias, no solamente en Lviv. De cierta de manera se siente como si de nuevo les hubiera pegado la pandemia, más agudísima.


¿Cuál es el hecho que más te ha marcado?


Tengo que regresar a la historia que te comentaba. Sí hemos indagado muchas cifras, números, poderío de las tropas, pero cuando uno ve el impacto que está teniendo sobre la población civil y yo soy padre, y toca la casualidad que yo soy padre, mi hijo cumplió 10 años casi exactamente el día que cumplió esta niña del padre que entrevisté y yo sí pude darle un abrazo y darle un regalo de cumpleaños. Y aquí un padre tuvo que separarse, aquí es donde uno entiende la magnitud de lo que está pasando en este país. Más qué cifras, estadísticas, yo me quedo con el impacto en los civiles.

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