Covid le cambió la vida a trabajadora

Concepción Castro busca una pensión por invalidez causada por su trabajo en los juzgados

Covid le cambió la vida a trabajadora
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Durante 18 meses la vida de una mujer ha dado un giro nunca esperado, una de las víctimas de la pandemia del Covid 19 vio cómo su vida cambió por completo.


Para Rosario Concepción Castro Valdez, empleada federal, madre de tres hijas y cabeza de familia, la existencia dio un giro en diciembre del 2020, cuando se vio contagiada del virus y hubo necesidad de ser intubada en hospitales de esta frontera. Con 47 años de edad y una salud buena en ese entonces, parecía que sería una persona más que saldría adelante tras pasar el contagio.


Pero las malas noticias se acumulaban, fue hospitalizada en el Issste de Nogales en estado grave para luego de ser trasladada a Hermosillo en ambulancia en estado crítico, Castro fue diagnosticada con daño permanente en ambos pulmones, mismo que la hace requerir un trasplante de los órganos.


Ante su incapacidad que ha limitado su existencia a la inactividad por falta de oxigenación, la secretaria de Juzgado desde el 2004, adscrita al Juzgado Quinto de Distrito, busca que se le adjudique una pensión por invalidez derivada del desarrollo de su labor, misma que se vio en la necesidad de llevar a cabo tanto de manera presencial como a distancia.


Al momento, la pensión que recibe cubre el 35 por ciento de su salario, mientras que busca que una por riesgo de trabajo se le cubra el 100 por ciento.


’Considero que mi caso debe ser tomado como una invalidez debido a mi trabajo, ya que, aunque no había muchos casos en marcha debido a la pandemia, sí atendía a cerca de 100 personas diarias que ingresaban al edificio cuando teníamos semáforo rojo mientras los hospitales se encontraban al tope’, declara la afectada.


Luego de acudir a varios hospitales de Nogales y Hermosillo, los médicos le ratificaron el daño a su sistema de oxigenación, mismo que hasta la fecha no le permite llevar a cabo las tareas más elementales.


Desde hace más de un año se ha visto en la necesidad de utilizar una máquina generadora de oxígeno que la ayuda a pasar el día. ’Al principio sólo lo utilizaba para dormir, pero con el paso de los meses el deterioro ha sido mayor y debo usarlo las 24 horas’.


Destacó que la primera vez que usó uno tuvo un costo de mil 600 dólares de segunda mano, que ella cubrió de su bolsillo, sin embargo, dejó de funcionar a los meses antes de que recibiera ayuda del líder del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial de la Federación.


’Gilberto González Pimentel, líder del Sindicato ha sido como un ángel para mí’, reconoció. ’Él adquirió una nueva con costo de 56 mil pesos y me la regaló y es la que uso en estos días’.


Pese a los apoyos recibidos, la principal misión es la de lograr que el Issste dé luz verde a su incapacidad por cumplir con sus labores.


’Como viuda tengo a cargo a mis tres hijas, así como a mi mamá y hasta la fecha al no ser considerado por el Issste como un daño ocasionado por el trabajo, la incapacidad solo cubre el 35 por ciento de mi sueldo’, reiteró.


’He tenido que acudir a trámites en Hermosillo y esos viajes han salido de mi bolsillo, pero no se resuelve nada de este caso’.


Dijo que a nivel nacional había sido ignorada por las autoridades del Issste, y no fue hasta que González Pimentel intervino que se le ha dado hacia delante con su reclamo, sin embargo, los trámites aún marchan lentos.


’Quienes sufrimos una situación como ésta no podemos esperar toda la vida, hay un lapso de tiempo antes de que el cuerpo se deteriore a un estado de que no se pueda componer. Eso dura cerca de cuatro años, pero antes de los dos se debe dar el trasplante’, indicó.


Dijo que es el hospital Christus Muguerza, en Monterrey, donde se llevan a cabo este tipo de procedimientos, pero con un elevado costo


’Ellos cobran un millón de dólares por operar, con un anticipo de cinco millones de pesos, además hay que trasladarse a vivir a Monterrey para los estudios, lo cual hace esto más caro’.


Castro Valdez espera una pronta comunicación por parte del Issste que le ayude a obtener su pensión al cien por ciento para concentrarse en los tratamientos que le regresen la salud.


’Yo ya no puedo trabajar, al momento de ir al súper me he desmayado, el cuerpo humano usa oxígeno para cualquier actividad y mi sistema no lo produce. Antes podía conducir, pero ahora temo un altercado que derive en un accidente de tráfico, mi vida es otra’. finalizó.

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