Un camino espiritual es aquel que proporciona energía y ofrece una nueva perspectiva sobre la vida, afirmó Alberto Castro, originario de Tijuana, quien ha decidido explorar algunas de las rutas más significativas de las peregrinaciones humanas. En este 2024, tras meses de planificación, llegó a Nogales para recorrer los 90 kilómetros hacia Magdalena, Sonora.
Señaló que los caminos que ha transitado no son exclusivos de personas católicas o religiosas, sino de aquellos que buscan experimentar un bienestar espiritual. Aunque al principio lo consideró un desafío físico, con el tiempo su actividad se ha transformado en un viaje hacia el autoconocimiento, comenzando en la ruta de Santiago, que abarca 760 kilómetros entre Francia y España.
Las experiencias que viví en ese primer camino, me llevaron a regresando a México, buscar caminos espirituales, seguí con el camino de Ameca – Talpa, por la sierra de Jalisco, de ahí me brinque al camino de San José a San Javier en la Baja California Sur, muy cerca de Loreto y regrese al camino de Santiago, a hacer el camino portugués y desde que regrese del camino de Santiago venir a Nogales y hacer el camino de Nogales a Magdalena era una idea latente que no podía concretar por una u otra cosa, finalmente me decidí a hacerlo, iba a venir yo solo sin conocer a nadie y de repente como me pasó en mucho otros caminos, de la nada aparecían, lo que yo llamo maestros espirituales o maestros de vida, compañeros, entonces apareció el padre Claudio Murrieta y de ahí todo tomo otro giro, compartió.
Durante esta travesía, se le unieron amigos, quienes desde hace meses han estado preparándose físicamente. Saben que su camino culminará con la visita a San Francisco Javier en Magdalena, renovados por la experiencia y con la esperanza, así como el conocimiento de la hospitalidad de los pueblos del norte de Sonora.
Compartió que todo esto está acompañado de experiencias que parecen sacadas de la ciencia ficción, lo que enriquece lo que se vive durante su recorrido. Manifestó que estas coincidencias y eventos fomentan la convivencia con los demás, el crecimiento personal, la reactivación de la fe y la búsqueda del bienestar hacia los demás, que en esencia es el objetivo de cada uno de estos caminos espirituales.
Son regalos que tienen que ver con abrazos espirituales, con consejos, con mensajes de alguien que ya no está aquí, de repente llega una persona y empieza a caminar contigo y de la nada te empieza a decir, oye fíjate que tuve un sueño y soñé que caminaba con una persona y en el sueño aparecía una mujer y me decía abrázalo y dile que estoy bien, entonces, de repente alguien llega y te abraza y te dice soñé que te iba a preguntar y que te abrazara y que te dijera que está bien, entonces, obviamente todas esas cosas, que parece que son increíbles las encuentra uno en el camino y lo que espero encontrar en Magdalena, definitivamente es bienestar espiritual, emocional, compartirlo con tres de mis mejores amigos que siempre he tenido ganas de hacerlo, se que para todos va a ser un viaje especial, concluyó.