Sonora es un estado que tiene dos zonas sísmicas activas clasificadas con las letras C y D, donde la D significa una actividad sísmica muy alta, según el mapa de regionalización publicado por la Comisión Federal de Electricidad en 2015, informó Silvia Martínez Retama.
La docente e investigadora del Departamento de Geología de esta casa de estudios, manifestó que la zona D abarca el territorio de los municipios de San Luis Río Colorado y Puerto Peñasco, y la zona C, de actividad sísmica alta, corresponde a la franja costera y la región de Bavispe y sus alrededores donde se encuentra la Falla Pitaycachi.
De mayor riesgo
La Ingeniera en Geofísica por el Instituto Politécnico Nacional, así como maestra y doctora en Ciencias por el CICESE, dijo que la mayor parte del estado está dentro de lo que corresponde a una clasificación de actividad sísmica moderada.
“Las zonas de mayor riesgo sísmico en Sonora están ubicadas en San Luis Río Colorado y Puerto Peñasco, donde la sismicidad es ocasionada por el contacto y/o desplazamiento lateral de las placas tectónicas del Pacífico y Norteamérica, donde la Península de Baja California se separa y migra hacia el noroeste”, explicó.
Martínez Retama añadió que la sismicidad reportada en la franja costera de Sonora, de clasificación C, es ocasionada por sismos con el epicentro en el Golfo de California donde se encuentran el Sistema de Fallas del Golfo que forma parte del límite divergente y transformante de las placas del Pacífico y de Norteamérica.
Hay que prevenir
Respecto a Bavispe y sus áreas circundantes, zona clasificada dentro de alta sismicidad, dijo que se debe a que en esa región se encuentra un conjunto de fallas ‘normales’ que incluso, originaron el gran sismo de 1887.
“En la actualidad, en esa zona, se han registrado sismos de menor a moderada magnitud, siendo la mayoría de los movimientos menores a los 4 grados y no perceptibles por la población”, asentó.
Martínez Retama indicó que, por los datos que se tienen, se puede considerar a Sonora como un estado susceptible a una sismicidad baja, moderada y alta y, por ello, es recomendable elaborar algún plan de prevención para detectar y/o reducir riesgos, o identificar sitios seguros en el hogar y los centros de trabajo.
Asimismo, diseñar posibles rutas de evacuación y realizar simulacros, porque debemos tener en cuenta que los sismos no se pueden predecir.