Botafogo sorprende al PSG: Victoria brasileña en Mundial de Clubes
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René CardenasLa atmósfera, cargada de expectación, presagiaba un partido inolvidable, un choque de titanes entre dos equipos con trayectorias brillantes.
Pero la sorpresa llegó temprano. El Botafogo, campeón de la Copa Libertadores, no se intimidó ante el París Saint-Germain, actual monarca de la Champions League. Un gol a los 35 minutos del primer tiempo, obra del delantero Igor Jesus, desató la euforia en las gradas. "Una contra estupendamente armada", según los comentaristas, culminó con una definición precisa y elegante de Jesús, superando a dos defensas del PSG antes de batir a Gianluigi Donnarumma con un derechazo cruzado.
Este tanto, un golazo que rompió una racha impecable del PSG, significó el fin de una impresionante seguidilla de victorias. El equipo parisino, dirigido por Luis Enrique, no conocía la derrota desde el 3 de mayo. Su paso arrollador incluía victorias resonantes como el 4-0 contra el Atlético de Madrid apenas unos días antes, y una impresionante serie de tres partidos con un marcador global de 12-0. Habían llegado al Mundial de Clubes con la moral a tope, tras ganar la Copa de Francia y la final de la Champions League.
Sin embargo, la solidez defensiva del Botafogo, dirigida por el técnico portugués Renato Paiva, supo contener el poderío ofensivo del PSG durante la segunda mitad. A pesar de la presión y los intentos de remontada del equipo francés, visiblemente cansado en algunos momentos, el marcador no se movió. El 1-0 se mantuvo hasta el silbatazo final, otorgándole al Botafogo la cima del Grupo B y una victoria inesperada pero merecida contra uno de los clubes más poderosos del mundo.
La racha invicta del PSG, que parecía imparable, encontró un obstáculo inesperado en la garra y la estrategia del Botafogo, demostrando que en el fútbol, la sorpresa es siempre una posibilidad latente. La victoria brasileña, un capítulo memorable en la historia del Mundial de Clubes, dejó un sabor a triunfo agridulce entre los aficionados: la satisfacción de un triunfo inesperado y la incertidumbre de lo que deparará el futuro del torneo.
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