El caso de Daniel Romero, un padre que busca justicia para sus hijos, víctimas de abuso, expone las fallas de un sistema que se supone protege a los menores. Romero, un hombre que fue deportado a México, se vio obligado a dejar a sus hijos, de 6 y 11 años, al cuidado de un hogar temporal. Cuatro años después, sus hijos revelaron que el padre de crianza, Luis Antonio González, de 61 años, los había abusado.
Se supone que es un sistema que protege al menor, y mis hijos fueron entregados a las manos de un violador, se lamentó Romero.La tragedia de Romero y sus hijos pone en evidencia la fragilidad del sistema de protección infantil. González, quien fue arrestado en junio de 2023, había sido liberado con libertad condicional tras ser acusado formalmente por la fiscalía del condado de Maricopa de cinco cargos de abuso.
Las víctimas llamaron a González, con detectives escuchando la llamada. En ella, el presunto abusador intentó minimizar los hechos, pidiendo a los menores que "no recordaran esas cosas feas".
"No pasó nada”: sospechoso quiso minimizar los hechos
González intentó minimizar el abuso en una llamada telefónica con sus víctimas. "Mira, ustedes tranquilos, ¿ok? no pasó nada, así vamos a decir que no pasó nada. Y si vienen para la casa, platicamos a gusto y no recordar esas cosas feas”, dijo el sospechoso.